lunes, 26 de enero de 2015

JAPÓN APUESTA POR LA PILA DE HIDRÓGENO



El Gobierno japonés ha decidido clarificar su apuesta respecto a las energías alternativas. Después de haber jugado un papel principal a favor de la tecnología del coche 100% eléctrico, ahora da un golpe de timón en favor de la pila de hidrógeno hasta el punto de estar negociando con algunos fabricantes el que exista un parque mínimo de vehículos propulsados por esta tecnología cuando en 2020 se inauguren los Juegos Olímpicos de Tokio.


El cambio de opinión es consecuencia del maremoto que asoló una parte de la costa japonesa y particularmente la zona en la que se encuentra la central nuclear de Fukushima, actualmente en proceso de desmantelación.

La primera reacción fue la de reducir la dependencia de la energía nuclear y cerrar las centrales más viejas, pero las necesidades del país hicieron imposible el proyecto. La única medida que se tomó para paliar su aportación fue la de incrementar las importaciones de gas natural.

Lo que, en cualquier caso, quedó claro es que una movilidad basada en el coche eléctrico, que podía encajar bastante bien en un país basado geográficamente en islas, no casaba bien con el nuevo planteamiento energético. Pero ahora, con un primer modelo de pila de hidrógeno ya en el mercado y un segundo en la rampa de lanzamiento, la opción de la pila de hidrógeno parece evidente.

El Gobierno japonés ha puesto en marcha un plan para la reconversión al hidrógeno del transporte, pero también de la energía en las casas. Han anunciado subvenciones a la compra que multiplican por casi 3,5 las que se daban para el coche eléctrico, que ya eran generosas.

Pero además, el ayuntamiento de Tokio va a conceder ayudas de hasta el 80% de la inversión a los grandes operadores de carburante derivados del petróleo que construyan postes de repostaje de hidrógeno, y la totalidad de la misma a los pequeños.

En Japón llevan ya más de una década trabajando en la infraestructura del hidrógeno, habiendo llegado a la conclusión de que, al menos en los primeros momentos, se puede abastecer de hidrógeno por medio de pequeñas centrales de producción y compresión del mismo construidas en las actuales estaciones de servicio, utilizando energía solar. El sistema se ha trasladado a Europa a través de Alemania.


El Gobierno ha pedido ya unidades a Toyota -cuyo modelo Mirai ya tiene 1.500 pedidos en firme- y a Honda de sus coches con esta tecnología hasta totalizar 6.000 vehículos. Y espera que después de 2020 haya un parque de 100.000 turismos y 100 autobuses.

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