Disfrutar de las famosas carreteras alemanas dejará de
ser gratis; al menos para los conductores extranjeros que circulen por la red
Autobahn de autovías. Ése es el acuerdo al que han llegado el partido liderado
por la canciller Angela Merkel y los socialdemócratas, por el cual se
implantará un peaje a todos los vehículos no matriculados en Alemania.
Después de varias semanas de negociaciones entre la Unión
Cristianodemócrata (CDU) de Merkel y el Partido Socialdemócrata en busca de un
acuerdo de gobierno de coalición, ambos grupos han acordado implantar un nuevo
peaje por el uso de las carreteras del país.
Los planes del inminente Ejecutivo (la sesión investidura
está prevista para el 17 de diciembre) ha desatado una airada reacción entre
los conductores de países vecinos, que denuncian que Alemania menoscabaría la
libre circulación entre fronteras europeas. Incluso, muchos alemanes cuestionan
la medida aduciendo que la recaudación resultante, que según una estimación del
club del automóvil club alemán ADAC ascendería a unos 260 millones de euros,
sería escasa para cubrir los costes que requiere las obras de mejora de la
infraestructura vial.
Millones de conductores afectados
Las reacciones no se han hecho esperar y es que son
muchos los afectados que viven en territorios colindantes pero que cruzan a
diario la frontera germana; bien para trabajar o bien para muchas otras
actividades como el consumo de provisiones.
Tal es el caso de Elsabeth Jaeger, residente en la
localidad austríaca de Dornbirn, a unos 20 kilómetros de la frontera con
Alemania, la cual cruza a menudo para hacer compras en Salzsbugo por ser la
autopista alemana más rápida que los enrevesados caminos alpinos de austria.
"Todo el mundo lo hace. Me parecería muy injusto que impusiera un peaje
sólo para extranjeros. Afectaría a mucha gente, que tendría que desviar el
tráfico a través de pequeños pueblos", se queja esta puericultora de 34
años.
Pero Jaeger no está sola en su frustración. Incluso, la
propia ministra de Transporte de Austria, Doris Bures, ha amenazado ya con
demandar a Alemania ante el Tribunal Europeo de Justicia si implanta un peaje
que discrimine a los conductores extranjeros. Se calcula que unos 1,8 millones
de austríacos que viajan a Alemania quedarían afectados por la nueva tasa que
pagar el peaje, según el club del automóvil de Austria ÖAMTC.
La amenaza a un legado histórico
"Hemos hecho de Europa un lugar con libre flujo de
tráfico y ahora lo estamos viendo amenazado", considera Mike Pinckaers,
portavoz de la asociación conductores holandeses ANWB. Si Alemania implantara
un peaje así, afirma, otros países podrían seguir el ejemplo, creando
divisiones y, en definitiva, "erosionando el espíritu europeo".
Alemania fue pionera del transporte cuando en 1921
inauguró la primera autopista de Europa en Berlín. La red de autopistas
gratuitas conocida como Autobahn, que muchas veces no tienen límites de
velocidad, han contribuido de forma significativa a la economía del país e
impulsado una cultura automovilística que tiene en los fabricantes BMW,
Mercedes- Benz y Volkswagen, Audi o Porsche su máximo exponente como líderes en
la alta gama.
Pero ahora, el Gobierno alemán podría poner ese legado de
velocidad en peligro en tando que el dinero invertido en la construcciónj y
conservación de carreteras, puentes o transporte público se ha reducido en
durante las dos últimas décadas, mientras que el tráfico de pasajeros y
mercancías han aumentado en ese mismo tiempo un 27 y un 75 por ciento,
respectivamente, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente y alemán DIW
investigador económico.
Los detalles del eventual peaje siguen siendo vagos, y
aún se desconoce cuál sería la cuantía de la tasa, pero ambas partes del
acuerdo sí coinciden en que el impuesto no debe significar, en ningún caso,
coste adicional alguno para los ciudadanos alemanes.
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