875 caballos para 875 kilos, cuatro ruedas motrices, una
aerodinámica extrema…
No hay duda; los ingenieros de Peugeot Sport no han
regateado esfuerzos para poner en manos de Sébastien Loeb un arma temible. A su
volante, el piloto que ha dominado los rallyes de la última década saldrá, el
próximo 30 de junio, a la conquista de las nubes e intentará convertirse en
“the King of The Peak”.
Altura libre al suelo, forma de la carrocería, cilindrada,
posición del motor… Durante toda su carrera, un ingeniero de automovilismo
deportivo debe lidiar con los numerosos límites que imponen los reglamentos.
Esto, a veces, es apasionante pero, en otras, resulta frustrante; es como
encerrar un pura sangre en un establo. Todos los ingenieros albergan en su
mente un deseo; romper todas las barreras y diseñar el coche de competición
definitivo; un coche sin compromisos, que encarne la búsqueda de las
prestaciones puras, aquel que, simplemente, se esconde, salvaje y listo para
atacar, en un rincón de su mente.
Sólo hay una carrera en el mundo que permite liberar a
esa fiera que todo ingeniero imagina; el Pikes Peak. Basta con evocar esa
carrera y su famosa categoría “Unlimited” para que, de repente, aparezca un
intenso brillo en los ojos de los creadores: “Esa categoría nos permite dar
rienda suelta a nuestra imaginación, confirma Jean-Christophe Pallier, jefe del
proyecto 208 T16 Pikes Peak en Peugeot Sport. Hemos disfrutado al máximo
desarrollando este coche pese que hemos tenido que enfrentarnos a una
limitación importante; el tiempo”.
Con sus vertiginosas alturas, el Pikes Peak supone un
desafío único en el mundo: el de la oxigenación de los motores. “Hay que contar
con una pérdida de 1 CV cada 100 metros de altitud si se utiliza un motor
atmosférico” explica Bruno Famin, director de Peugeot Sport. Este dato es
fundamental para entender la complejidad de esta carrera, cuya salida se da a
2.865 m de altitud y cuya línea de meta se encuentra a4.301 metros. Incluso
antes de iniciar la carrera, algunos de los motores han perdido ya un 30% de su
potencia. Teniendo esto en cuenta, Peugeot Sport, ha preparado un motor de 875
caballos. Una vez reciba el motor V6 de doble turbo derivado de un motor de
resistencia, el 208 T16 Pikes Peak será más potente que un Fórmula 1. No hace
falta que precisemos que se trata del coche más potente que el Campeón del
Mundo de Rallyes haya conducido jamás. Buena experiencia extrema en
perspectiva, sobre todo teniendo en cuenta que, a modo de raíles de seguridad,
el Pikes Peak sólo tiene precipicios.
Para salir al asalto de las nubes, Peugeot Sport se
impuso ofrecer a Sébastien Loeb un coche ligero: “Hemos conseguido rebajar el
peso hasta 875 kilos”, explica Jean-Christophe Pallier. “Ello nos ha permitido
establecer una relación peso-potencia mágica de 1 caballo por kilo”. Para
conseguir que el coche sea lo más ágil posible, el reparto de pesos alrededor
del chasis tubular se ha afinado al máximo y el motor se ha situado en una
posición central-trasera como en los famosos Grupo B de los años 80 o como en
los prototipos de resistencia.
El 208 T16 Pikes Peak presenta, por tanto, un acusado
parentesco con el 908 que ganó las 24 Horas de Le Mans. Desde el año pasado, el
recorrido del Pikes Peak está completamente asfaltado y, por tanto, Peugeot ha
construido casi un prototipo de Le Mans. La nueva arma de Sébastien Loeb hereda
elementos mecánicos del 908, entre ellos los ejes rodantes, los frenos y
algunos aerodinámicos como la toma de aire que alimenta el motor o el alerón de
dos metros derivado directamente del que utilizaba el primer 908 HDi FAP.
Lamentablemente no había otro más ancho en stock.
Igual que para Le Mans, el desarrollo aerodinámico ha
sido muy importante: “Pensamos qué es lo que establecerá diferencias con
nuestros rivales, nos cuenta Jean-Christophe Pallier. En el recorrido del Pikes
Peak, la velocidad oscila entre 50 y 240 km/h y la aerodinámica es un elemento
crucial al superarse los 100 km/h”. Ultra-espectaculares, el alerón y el fondo
plano delantero confieren al 208 T16 Pikes Peak un look bestial así como una
eficacia increíble. De manera casi invisible, los bajos del coche generan casi
la mitad del apoyo aerodinámico de la bestia.
Equipado con neumáticos Michelin especiales que ofrecen
un agarre impresionante a las cuatro ruedas motrices, el Peugeot 208 T16 Pikes
Peak se presenta como la auténtica bestia negra para sus competidores.
Sébastien Loeb, el piloto con más títulos en el mundo de los rallyes tendrá en
sus manos, el próximo 30 de junio, uno de los coches más extremos jamás vistos
en competición para atacar las 18 horquillas y las 156 curvas que le separan de
las estrellas y de la leyenda del Pikes Peak
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