lunes, 18 de febrero de 2013

Hyundai , el ix35 FCEV, adiós al petroleo



La cuarta generación de pila de combustible de Hyundai , el ix35 FCEV, . Fabricado en serie en la planta de Ulsan, en Corea, es de hecho un vehículo real, en principio destinado a flotas de entidades y empresas. Algunas ciudades de Dinamarca y Suecia ya tienen las primeras unidades y desde 2015 la producción crecerá hasta alcanzar 10.000 automóviles por ejercicio.

La experiencia de Hyundai en la utilización de hidrógeno como combustible se remontan al año 2000 y en 2006 ya fabricaba sus propias células de combustible. Básicamente, el ix35 FCEV es un coche de funcionamiento eléctrico, con la salvedad sobre los eléctricos convencionales de su pila de combustible de 100 kw, que produce la energía destinada a sus baterías de polímero de litio; rinde 136 CV.


En el ix35 FCEV, en vez de repostar gasolina o gasóleo, se reposta hidrógeno a presión en 2 depósitos que almacenan 5,64 kg a una presión de 700 bares, con los que alcanzar un autonomía de casi 600 km. El repostaje es similar a un combustible convencional y dura unos pocos minutos.

Potencia y silencio

Lo primero que se aprecia al conducir el ix35 FCEV es su agilidad de marcha, con una apreciable potencia, como en todos los motores eléctricos, y la entrega de todo su par desde las primeras revoluciones. Y todo en total silencio, hasta el punto que mientras no se sobrepasan 20 km/h emite un ruido externo artificial para evitar atropellos.

Aunque pesa más de 100 kg sobre el ix35 convencional sus prestaciones aguantan bien una comparación con las versiones de gasolina o diésel: 12,5 segundos para pasar de 0 a 100 km/h y 160 km/h de máxima, suficientes para viajar.

Su motor eléctrico sólo necesita un reductor de velocidad, por lo que no tiene caja de cambio, lo que derova en una total suavidad de marcha. Y lo que más puede sorprender es que por el escape solo sale una pequeña cantidad de agua, fruto de combinación del hidrógeno con el oxígeno del aire.

De momento, la única limitación que se puede achacar a esta clase de coches es el escaso número de puntos donde repostar. En España sólo hay 4 estaciones, que además suministran hidrógeno a 35 bares, lo que limita la cantidad de hidrógeno que se puede almacenar a la mitad y, por consiguiente, la autonomía. Como anécdota, el coche que probamos en Córdoba se repostó en una estación de Albacete que por primera vez abastecía un automóvil, todo un acontecimiento en la instalación.

El resto de cualidades del ix35 se mantienen intactas. Sólo merma un poco el volúmen del maletero por los depósitos de hidrógeno, alojados en la trasera. Con todo, un volumen que oscila entre 465 y 1.436 litros (según el número de asientos operativos) se antoja suficiente para el equipaje de 4 pasajeros, por ejemplo.

Así funciona

Las pilas de combustible convierten la energía química del hidrógeno en energía electromecánica. Dentro de una pila de combustible, un ánodo positivo y un cátodo negativo abrazan una membrana de electrolito de polímero. El proceso de crear corriente eléctrica se produce en las siguientes 3 etapas:

- El gas de hidrógeno fluye sobre el ánodo, lo que produce la separación en iones de hidrógeno con carga positiva y electrones con carga negativa.

- La membrana de electrolito de polímero sólo permite el paso de iones con carga positiva, mientras los electrones con carga negativa recorren un circuito externo hasta el cátodo, creando una corriente eléctrica.

- En el cátodo, los electrones y los iones de hidrógeno con carga positiva se combinan con el oxígeno de la atmósfera creando H2O (agua), que sale de la pila como único residuo.

A diferencia de otros vehículos con pila de combustible que utilizan aire comprimido para suministrar oxígeno a la pila de combustible, el Hyundai ix35 FCEV emplea aire ambiente. Esto reduce la pérdida parasita del suministro de oxígeno, aumentando la eficiencia del combustible y disminuyendo el consumo de energía un 50 por ciento. Para los pasajeros, la eliminación de un compresor de aire reduce ruido en el habitáculo. Además, las baterías se autorecargan en deceleraciones y bajadas donde no se requiere potencia mecánica.

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