Los automovilistas utilizan todas las herramientas legales a su alcance para comprar al mejor precio
La demanda de vehículos
usados de hasta 300 euros se ha disparado un 42,6% desde la puesta en marcha
del PIVE al representar una ‘moneda de cambio perfecta' para aquellos
compradores que buscan acogerse al Plan pero no cuentan con un vehículo viejo
de más de doce para achatarrar, según datos de la plataforma en la red
AutoScout24, que mueve uno de cada tres vehículos que se venden en España.
El hecho de que el PIVE no
exija la titularidad del vehículo por un tiempo determinado - a diferencia de
lo que sucedía con el histórico Plan Prever- está llevando a algunos
particulares a aprovechar esta fórmula totalmente legal para hacerse con una
ayuda más que interesante para sacar adelante la compra de un vehículo nuevo o
usado de hasta un año.
Y es que las cuentas salen:
aunque a los 2.000 euros del PIVE haya que restarles lo invertido en el coche
antiguo y los gastos del cambio de titularidad, los particulares siguen
beneficiándose de una ayuda cercana a los 1.700 euros, a la que habría que
sumarle las promociones acumuladas de hasta 4.000 euros por automóvil que están
ofreciendo ya algunas marcas y concesionarios.
AutoScout24 considera que
operaciones como esta forman parte de un movimiento natural del mercado,
aprovechando de forma casi instintiva las posibilidades que brinda el plan PIVE
y favoreciendo una triple jugada beneficiosa para el comprador y el mercado:
por un lado, dinamiza las ventas de vehículos nuevos y seminuevos, por otro,
presiona al alza la demanda de usados y, finalmente, consigue el objetivo de
retirar de la circulación los coches más viejos, dando entrada a vehículos
eficientes.
Según el director general de
la plataforma, Gerardo Cabañas, "en contextos adversos es cuando el
particular va más allá y no deja de sorprendernos. Estamos ante una compra
inteligente y racional en la que el comprador pone todas las herramientas
legales a su alcance para conseguir cambiar de coche al mejor precio, evaluando
todas las variables en juego, incluso la fiscal".
Y es que aquellos que
piensan en comprar un coche de segunda mano como moneda de cambio son
conscientes de que no deben invertir más de 500 euros para que les compense
fiscalmente. El motivo es que la parte de ayuda de 1.000 euros aportada por el
Gobierno -los otros 1.000 los da el fabricante- debe tributar como ganancia
patrimonial en la declaración de la Renta del próximo año, lo que supone pagar
entre 247 y 520 euros en función de los ingresos del comprador.
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