viernes, 14 de septiembre de 2012

Aspira a convertirse en el coche más rápido del mundo, pero también a superar la barrera de los 1.600 kilómetros por hora.




 Además será la primera ignición del mayor cohete de tierra en 20 años. La prueba tendrá lugar el próximo 3 de octubre en el aeropuerto de Newquay, en Reino Unido, y el vehículo es un diseño desarrollado por la empresa Bloodhound SuperSonic.

Según su creador, Daniel Jubb, el cohete no será el único propulsor que se utilizará el vehículo para romper la marca de velocidad, ya que «el Bloodhound también incorporará un jet del avión caza Eurofighter Typhoon y un motor de Fórmula Uno».
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Pero para lograr estos objetivos hay que seguir una serie de fases, por lo que los diseñadores del prototipo creen que durante 2013 se dará uno de los primeros pasos antes de lograr las cifras de velocidad finales, llegando en primer lugar a los 1.300 kilómetros por hora, para subir la marca en 2014 a más de 1.600.

Según Jubb, para que el Bloodhound pueda lograrlo, el cohete deberá tener la capacidad de operar durante 20 segundos durante su etapa inicial y producir un equivalente entre 20.000 y 30.000 caballos, la mitad de lo que deberá desarrollar en su configuración final.

Durante la prueba de Newquay los ingenieros intentarán conseguir una perfecta coordinación de los tres propulsores, y será la primera vez en que hagan funcionar el sistema de control del cohete, el jet y el motor.

Si todas las pruebas salen con éxito el Bloodhound estaría finalizado a mediados de 2013 y podría ser probado a baja velocidad en el Reino Unido antes de intentar convertirse en el vehículo que circule más rápido sobre la Tierra en el Cabo del Norte, en Sudáfrica.

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