Seguro que alguna vez te ha pasado, has ido circulando
por una carretera y el que viene de frente, así como quien no quiere la cosa te
ha dado las largas. Un conductor novato que no haya pasado mucho tiempo en la
carretera seguro que se quedaría con la duda de qué intentaba avisarle: ¿se le
habría roto un faro? ¿le estaba saludando, era un conocido?
Pero uno más experimentado lo tendría claro al segundo:
¡hay un radar más adelante! Así es. Lo que pasa es que muchos, cuando se ponen
a avisar a los compañeros conductores de que hay radares, se la juegan, porque
otra multa puede caerles si les ve la Guardia Civil.
Eso es algo que ya no puede pasar en Florida, Estados
Unidos. Un conductor, Ryan Kinter, en un ejercicio de infinita amabilidad,
avisó a otros conductores de que había un radar, pero no lo hizo mientras
circulaba. Lo cierto es que Kinter fue mucho más allá. Se puso delante del
radar y empezó a dar las luces largas a todos los que pasaban. Por si acaso
alguno iba a velocidad impropia.
El asunto, que tiene su gracia como puedes ver, ha
acabado en los tribunales y al juez debió gustarle la iniciativa de Kinter, y
ha terminado por darle la razón. Según el abogado defensor, el magistrado
"consideró que la policía se había desviado de su camino expresamente para
silenciar al señor Kinter". Es más, aseguran que "eso es una clara
violación del derecho a la libertad de expresión recogido en la Primera
Enmienda".
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