Desde pequeña, Friederike Philipsenburg estaba segura de que algún día trabajaría en el mundo de la ingeniería. Sabía que la carrera que quería seguir le llevaría de construir maquetas de coches a "construir lo imposible".
En la actualidad, Philipsenburg ayuda a diseñar los futuros vehículos en la sede europea de Ford en Colonia (Alemania), y anima a las futuras generaciones de mujeres ingenieras a seguir sus pasos.