Diseñado con un pliego de condiciones que le exigía ser fabricado en las mismas líneas de montaje del Citroën 2 CV, el Citroën Dyane 6 heredó la versatilidad y la robustez de “dos caballos” con un diseño más atractivo, mejores acabados y un portón trasero que se ha convertido en un elemento imprescindible.
Más que un aspirante a sucesor del 2 CV, el Citroën Dyane 6 nació en 1967 como un modelo intermedio dirigido a un público urbano que apreciaba las cualidades del mítico modelo del Doble Chevrón, pero buscaba más funcionalidad y una estética más moderna.
En sus 15 años de vida comercial, entre 1968 y 1983, se fabricaron 1.443.493 unidades del Citroën Dyane 6, 233.104 de ellas en el Centro de Vigo, donde también se produjo su versión furgoneta, el Dyane 6 400 conocido también como Citroën AYU. .
Pensado para “gente encantadora”, como afirmaba su slogan publicitario para el mercado español, el Citroën Dyane 6 se enfrentó a unas exigencias tan especificas como las de su pariente, el mítico Citroën 2CV. El entonces presidente de la Marca, Pierre Bercot quería responder a una competencia cada vez más fuerte con un modelo que se introdujera en el mercado como una opción intermedia entre la sencillez espartana y la confiabilidad del Citroën 2 CV y una gama media urbanita representada por el Citroën Ami 6.
Con el Departamento de Diseño desbordado por proyectos como el desarrollo de los futuros Ami 8 y GS y la puesta al día del DS, Bercot encargó el Proyecto AY, que daría lugar al Dyane 6, a Louis Bionier, un profesional experimentado. Desde 1929, estuvo a la cabeza del equipo de Estilo de la recientemente adquirida marca francesa Panhard, donde creó modelos legendarios como el Dyna y prototipos rompedores como el Panhard Dynavia, un estudio visionario sobre la aplicación de la aerodinámica en vehículos pequeños. Conocido como “Dios Padre”, en la marca francesa, el pliego de condiciones del Citroën Dyane 6, su último proyecto profesional, puso límites férreos a su omnipotencia: el nuevo vehículo debía estar basado en el chasis del Citroën 2CV y debía fabricarse en su misma línea de montaje, lo que limitaba sus dimensiones, su equipamiento o sus motorizaciones. De hecho, para optimizar costes, debía contar con elementos y tecnologías ya existentes en el “Dos Caballos” y el Ami 6.
Con estos factores en mente, Bionier presentó su propuesta poco después. Partiendo de la estética del 2 CV, su prototipo integraba los faros, rodeados de un marco cromado, en las aletas delanteras de la carrocería, rematando estéticamente los guardabarros. El parabrisas, más elevado que en su antecesor, adoptaba una posición más elevada, para aumentar la visibilidad. Sin embargo, el maletero no convencía. El jefe de Diseño de Citroën, Robert Opron, junto a Jacques Charreton, se encargaron de perfeccionar este primer boceto y de redibujar la zaga con espacio interior y un portón trasero que no convencía pero que el tiempo se convertiría en imprescindible.
Finalmente, se dio luz verde al proyecto y el Citroën Dyane 6 era presentado como una de las grandes novedades del Doble Chevrón en el Salón del Automóvil de París de 1967. Su silueta era similar a la del Citroën 2CV, aunque presentaba formas más angulosas. de moda por aquellos años. Su capó era menos curvado y destacaba por sus puertas grandes.
Además de contar con el portón vertical, el maletero puede considerarse como un antecesor de aprovechamiento del espacio y la modularidad de los Citroën actuales tanto por su amplitud como por su modularidad: desde el lanzamiento del Dyane 6 se ofrece la posibilidad de abatir los asientos traseros. para aumentar todavía más su capacidad de carga.
El interior, diseñado por Henri Dargent, retomó los asientos tubulares y la tapicería de loneta de Dos Caballos e introdujo un salpicadero futurista de plástico en el que se cuidaba especialmente la ergonomía: todas las funcionalidades, desde los indicadores a la palanca de cambios o la radio se encontraban al alcance de la mano.
Comercialmente, el Citroën Dyane 6 hizo valer sus virtudes como su bajo consumo, su mantenimiento económico, sus excelentes frenos y su estabilidad y suspensión, hasta alcanzar 1.443.493 unidades producidas, entre 1968 y 1983, de las cuales 233.104 salieron de las cadenas de Montaje de Vigo. Contó, además, con una versión furgoneta, el Citroën Acadiane o Dyane 6 400, que se fabricó hasta 1987 y rozó el cuarto de millón de vehículos.
Fue todo un éxito en España y en Italia, donde sendas campañas publicitarias con lemas como “Para gente encantadora” o “El auto en Jeans” sacaron el máximo partido a su faceta más alegre y desenfadada. Ha dejado huella en la cultura popular de ambos países. Muy presente en producciones cinematográficas en la década de los 70 y 80, como las españolas “Gary Cooper que estás en los Cielos” o “Bajarse al Moro” e innumerables cintas italianas, actualmente es un elemento clave para dar autenticidad a películas y series ambientadas. en esa época, como “La Isla Mínima” o “Cuéntame”. De su robustez y longevidad dan testimonio largometrajes con historias actuales, como “Nora”, “Carmina o Revienta” o “El Embarcadero”.
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