ANFAC y Faconauto empeoran sus previsiones de ventas para el
conjunto del año, por la extensión del estado de alarma y las nuevas
previsiones económicas
Las asociaciones urgen a poner en marcha medidas específicas
para impulso de la demanda.
La propagación del coronavirus, COVID19, en todo el mundo ha supuesto un duro
golpe para el sistema sanitario, económico y el tejido industrial de muchos
países afectados. El sector de la automoción, en su compromiso con las
autoridades sanitarias, ha paralizado en bloque su actividad de producción y
comercialización de vehículos en todo el territorio nacional. Esta decisión ha
supuesto parar en seco uno de los sectores que mayor aportación realiza al PIB
español (10%) y que representa el 9% del empleo y la reactivación comercial no
tiene un calendario claro de aperturas aún. Las previsiones que se manejaban
hasta ahora han quedado obsoletas dadas las circunstancias excepcionales que
afronta el país en estos momentos, al prolongarse el estado de alarma. Todo
ello, va a condicionar la evolución no sólo del automóvil, sino también de la
economía, del empleo y de la confianza de los consumidores a lo largo del año y
posiblemente en años posteriores.
Esta situación ha motivado que
la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, ANFAC y la
patronal de concesionarios Faconauto hayan empeorado sus previsiones de mercado
para cierre de año. El mercado, según las estimaciones consensuadas entre
ambas, va a caer entre un 40% y un 45% en el conjunto de 2020, con unos
volúmenes cercanos a las 700.000 unidades. Este escenario ya tiene en cuenta un
periodo de estado de alarma y confinamiento de dos meses, con una desescalada
progresiva desde el mes de mayo, y una caída del PIB de entre el 5% y el 6%.
Los dos primeros trimestres posteriores a la finalización del estado de alarma
serán duros en cuanto a las ventas de vehículos, por el incremento exponencial
de la incertidumbre económica entre los consumidores, con tendencia a ir
mejorando lentamente a partir del verano, siempre con cifras de
comercializaciones muy por debajo de las registradas en 2019 y cercanas a las
peores estadísticas de la crisis económica de hace una década.
“Es imprescindible tomar en
cuenta la situación de especial debilidad en la que se encuentra el sector de
la automoción, uno de los pilares de la economía española y el único sector
industrial que lleva parado en seco más de un mes”, explicó José López-Tafall,
director general de ANFAC. Por eso es urgente y necesario “poner en marcha
cuanto antes medidas de estímulo coyunturales a la demanda de vehículos, que
acerquen las nuevas tecnologías, más eficientes y seguras, a los ciudadanos y
evitar así que opten por vehículos de más de 15 años,
con un impacto muy negativo
tanto en términos medioambientales como de seguridad vial”. López-Tafall
explicó que “la experiencia demuestra que las ayudas a la automoción tienen un
retorno muy positivo, tanto en términos económicos, porque por cada euro
aportado se recaudan 1,7 euros en ingresos fiscales, como en términos
medioambientales, pues contribuyen a la reducción de emisiones de CO2 al
achatarrar vehículos más viejos y a alcanzar nuestros objetivos de
descarbonización”. “Es necesario recuperar de manera rápida un mercado interno
fuerte que proteja el empleo y fortalezca la competitividad de las fábricas de
automóviles en España, también dependientes de nuestra demanda interna. Uno de
cada cuatro vehículos que se producen en el país se quedan en nuestro mercado
nacional”, apuntó López-Tafall.
“No podemos permitirnos estas
previsiones, porque somos un pilar básico de la economía y del tejido
empresarial. No olvidemos que, en todas las comunidades autónomas y provincias,
la actividad de los concesionarios tiene un peso determinante en su economía y
en generación de empleo. Es fundamental trabajar en reactivar la demanda
interna, y para ello se necesita un plan firme y generoso que impacte sobre las
economías familiares y de los autónomos, que son las que más están sufriendo
las consecuencias de esta crisis, para que no renuncien a sus necesidades de
movilidad. Sin clientes en nuestros concesionarios, la maquinaria de la automoción
no se pone en marcha. Ahí es donde empieza todo el proceso. Para evitar que
estas previsiones se hagan realidad, y hasta que los clientes vuelvan a los
concesionarios, es necesaria, en primera instancia, la prórroga de los ERTEs
por causas de fuerza mayor, que la mejor herramienta. El sector está ilusionado
y comprometido para recuperar la actividad lo antes posible, atendiendo a las
fases de desescalada y siempre priorizando la salud de los clientes y
trabajadores en entornos seguros, libres de COVID. Estamos a disposición de las
Administraciones para trabajar y darle forma a medidas que, seguro,
contribuirán a revertir esta negativa tendencia”, ha indicado Marta Blázquez,
vicepresidenta ejecutiva de Faconauto.
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