viernes, 28 de junio de 2019

JIMNY DESERT EXPERIENCE: 12.000 KM, UN PINCHAZO Y 7,4 L/100 KM DE CONSUMO

Moli Jones planteó el reto en el lanzamiento del Suzuki Jimny: una expedición con unidades de serie rumbo al desierto del Sahara. Y Suzuki recogió el guante, con la tranquilidad de contar con el Jimny, un todoterreno pequeño, ligero y especialmente efectivo tras casi 50 años de evolución. La aventura en sí y los datos que arrojó fueron increíbles.


 El Sáhara, las temibles dunas del Erg Chebbi y los infinitos arenales de la “pista prohibida” del oued Draa... Se trata del escenario ideal para poner a prueba de las capacidades del pequeño 4x4 japonés en algunos de los terrenos más desolados, recónditos y complejos del planeta. Armados con diez Jimny estrictamente de serie, la expedición Suzuki Jimny Desert Experience afrontó un aterrador recorrido que debía llevarles desde las rocosas montañas del sur de la cordillera del Atlas hasta el mencionado Erg Chebbi, atravesando miles de imprevisibles trampas. Se trataba de un enorme reto, pero con la tranquilidad al conducir un referente de la tecnología 4x4 de Suzuki, un todoterreno pequeño, ligero y especialmente efectivo tras casi 50 años de evolución.
DÍA 1. OUARZAZATE – BOULEMANE DADES
Tras las instrucciones de Moli Jones vía video, la expedición partió desde Ouarzazate rumbo a Boulemane Dades. En total fueron 166 km llenos de trampas, con paisajes de aspecto lunar plagados de negras piedras de tipo pizarra, como quemadas por el abrasador sol y unas temperaturas que a la sombra no bajan de los 42 grados. Los primeros 40 km nos mostraron un Marruecos amable y con una evidente evolución en infraestructuras, pero al adentrarnos en la pistas del sur del Atlas el paisaje cambio por completo, en especial hasta llegar a Skoura.
En nuestro primer encuentro con los habitantes del lugar, tribus nómadas y comerciantes de pieles y especias nos ofrecieron unos cuantos intercambios entre camellos y tesoros por hacerse con los mandos de uno de nuestros Suzuki. Pero tal y como están de solicitados los Jimny, les dijimos que lo mejor era que fueran a un concesionario cercano… mientras no dejaban de comentar los atractivo, robusto y la evidente funcionalidad off-road del pequeño 4x4 japonés. La tradicional parrilla Suzuki y las oscuras llantas de quince pulgadas fueron lo más comentado por nuestros anfitriones.
DÍA 2. BOULEMANE DADES – TODRA – ERG CHEBBY - MEQUINEZ Y SUS-MASA-DRAA
La parada en Erfoud para reponer fuerzas fue el momento más amable del largo día de conducción: más de diez horas sin parar antes de descansar. Atravesamos la parte final de las montañas del Atlas por la carretera de las mil Kasbash y la impresionante Garganta del Dades, un lugar muy turístico y lleno de comerciantes llegados de todos los puntos de Marruecos. Desde M’Semrir surcamos las espectaculares y rotas pistas que nos llevaron a Tamtatouch; y de ahí, a las Gargantas del Todra, en las que viven algunas tribus nómadas durante las épocas más calurosas del año. Después llegaron los valles del norte del Jbel Ougnat, antes de ver en el horizonte las temibles dunas del Erg Chebbi y completar del tirón 332 km. Para afrontar tan largo recorrido tuvimos que cargar a tope nuestros Jimny con víveres y agua. Y de nuevo una sorpresa agradable, el maletero de nuestro 4x4 ofrece 377 litros -53 más que el anterior Jimny- prescindiendo de los asientos traseros.  
DÍA 3. ERG CHEBBY  – ER-RISSANI Y ET TAOUS - ERG CHEBBY
Dunas y más dunas. Algunas tan altas que daban vértigo, otras suaves pero aterradoras, porque escondían las peores trampas de tierra blanda como si fueran arenas movedizas queriendo tragarse a nuestro Jimny. Tras las dunas, algunos oasis y el plato fuerte: la pista denominada Dakar, parte del legendario raid y escenario de no pocos accidentes y pérdidas de ilustres dakarianos. En total fueron 66,4 km verdaderamente difíciles. Fue muy duro, pero el Jimny incorpora los cuatro elementos esenciales de la conducción off-road: chasis de escalera, aptitudes off road excepcionales en forma de ángulo de ataque, ventral y de salida, suspensión rígida de tres puntos de anclaje con muellee helicoidales, y tracción a las cuatro ruedas con bloqueo central y reductora. No se puede pedir más.
DÍA 4. ERG CHEBBi  – BOULEMANE DADES
De las dunas a los Meteorites, y de ahí a Alnif para poner rumbo al Dades y escapar del infierno. Una etapa maratón con sabor Rally Dakar -al de antes, el africano- en buena parte siguiendo el curso del Draa por la pista conocida como “Pista Prohibida”. Atravesamos Remilia en busca del que bautizamos como el “Mirador Jimny”, una sobresaliente elevación de acceso muy complicado a modo de premio de la montaña si del Tour de Francia se tratara. Desde esta atalaya, rumbo norte por asfalto hasta Alnif. Más de 330 km sin tregua. En las zonas más difíciles miles de piedras impactaron contra el chasis del Jimny, que en esta generación ha recibido refuerzos en forma de equis y travesaños transversales para reforzar la estructura, lo que nos daba una mayor tranquilidad. Para escapar de las trampas lo mejor fue su ligereza y contar con un ángulo de ataque de 37 grados, un ángulo central de 28 grados y un ángulo de salida de 49 grados. Con estas aptitudes y con la suspensión de eje rígido no hay límites, y cuando se roza ese límite es cuando sale a relucir el sistema 4WD con reductora. El sistema se completa con el control de tracción SLD, que frena la rueda que pierde tracción para redistribuir el par a las ruedas que sí tienen tracción. 
DÍA 5. BOULEMANE DADES – OUARZAZATE
De Dades viajamos a Ouarzazate, y pusimos dirección a la costa antes de volver a España. Ese día nos esperaban carreteras secundarias llenas de trampas, caminos rotos y pistas rápidas y polvorientas. Otros 200 km de recorrido antes de parar para comprobar que en cinco días sin descanso hemos completado más de 1.100 km en los que quizás lo más sorprendente ha sido que solo hemos pinchado una vez… ¡once coches y solo un pinchazo! Y lo que es aún más increíble, la media de consumo ha sido de 7,4 litros cada 100 km. Hablamos de consumo en condiciones reales de uso, bajo un abrasador sol, con constantes cambios de ritmo, con horas de tracción total, muchos kilómetros de reductora, y dunas y más dunas... Con una media de conducción de 10 horas al día y una velocidad media de unos 43 km/h, calculada con los datos de los diez coches, que han cubierto en total casi 12.000 kilómetros en Marruecos.
Este consumo es un dato espectacular, como lo es la mecánica del Jimny. El motor de cuatro cilindros y 1,5 litros tiene más par y potencia que el de su predecesor. Los 102 CV parecen muchos más y tanto asociado a la caja de cambios manual de cinco velocidades, como a la automática de cuatro, el rendimiento es sencillamente ejemplar.
Tras cinco días terribles por el calor y la dureza del recorrido, la expedición superó con un rotundo éxito los más de mil cien kilómetros de distancia previstos: casi cinco mil por coche desde las instalaciones de Suzuki en Leganés, más de cincuenta mil kilómetros en total para la expedición; y todo ello con el único percance de un inesperado y casi insólito pinchazo. Casi al minuto se cumplieron los horarios previstos, más por la agilidad del coche que por la puntualidad de los aventureros, agotados en ocasiones tras extenuantes jornadas de más de diez horas de conducción. Porque el Jimny no necesitó en ningún caso recurrir a las planchas ni a las palas para seguir adelante. De hecho, nunca se quedó atascado, algo con lo que ni el propio Moli Jones contaba. Y es que dado lo complejo del recorrido y pensando en que había algún conductor novel e inexperto en estas lides, era más que necesario, casi una temeridad, no llevar un “winch” y largas eslingas para remolcar. Al parecer viajaron en una caja dentro de uno de los coches, pero no vieron la luz del desierto en ningún caso.
Al volante de los Suzuki Jimny no hubo que detenerse nunca. Tan solo en las dunas más pronunciadas, en aquellas en las que hay que subir más de 150 metros con el pie a fondo, hubo que retroceder alguna vez para tomar mayor impulso. Eso fue todo. Para navegar de duna en duna como si de mágico vals se tratara solo tuvimos que bajar las presiones por debajo del kilo, para que los neumáticos tuvieran mayor superficie de contacto sobre la fina arena y circular siempre con la reductora insertada. La caravana fue alternando con fluidez las cimas de las encrespadas dunas con pronunciadas bajadas sobre las que el Jimny esquiaba a placer. La destreza de instructores, aventureros y alumnos aventajados les llevó a coronar duna tras duna para atravesar el Erg Chebbi de norte a sur y de este a oeste.
Parece fácil… y lo es, la clave es conducir un Suzuki Jimny, el todoterreno pionero, heredero de generaciones de los mejores 4x4, que ha alcanzado en esta generación la perfección de la especie. Así nos lo había anticipado el intrépido Moli Jones, que lo definía como un coche insuperable fuera de carretera; un 4x4 para el que las dunas son terreno amigo, los eternos e infernales pedregales, un test para las suspensiones, y los miles de kilómetros de cada nueva aventura, un absoluto placer de conducción para su usuario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Solo comentarios relacionados con la información de la página.