- El SEAT Tarraco, a prueba en una de las zonas más exigentes del planeta, el desierto marroquí de Erg Chebbi
- Dunas más altas que la Sagrada Familia suponen un reto para asistentes como el control de chasis adaptativo (DCC) y la tracción integral 4Drive
- Temperaturas que oscilan de los 0 a los 50 grados y diversidad de terrenos, desafíos a la conducción
22 kilómetros de largo por 5 de ancho, montañas de arena, cambios de terreno y temperaturas extremas. Este es el reto al que se enfrenta el SEAT Tarraco en el desierto más grande de Marruecos.
- De 0 a 50 grados en horas: El desierto es uno de los lugares del planeta con la oscilación de la temperatura más radical. En pocas horas se pasa de los valores negativos de la noche a hasta los 50 grados del día. Por eso es imprescindible lograr que la temperatura del exterior no afecte al interior del vehículo y al conductor. “La temperatura idónea es de 21,5ºC y se le llama ‘temperatura de confort’. La opción Auto de climatización sirve precisamente para regular de forma automática la temperatura de nuestro vehículo”, recuerda María García, ingeniera del Departamento de Desarrollo y Aerodinámica de SEAT. El climatizador de tres zonas, con control desde la segunda línea de asientos, consigue ofrecer un confort individual incluso en estas condiciones adversas.
- Una basílica de arena: Pero si algo caracteriza a esta zona son sus impresionantes dunas, que pueden alcanzar hasta los 150 metros, casi la altura de la Sagrada Familia de Barcelona. Escalar una montaña de arena requiere adaptar los asistentes: “Por ejemplo, antes de entrar en la duna desactivamos el sistema de control de estabilidad, para evitar el bloqueo de las ruedas y que éstas sigan buscando la tracción en el terreno”, aconseja Ilijevic.
- De los 60 litros del Tarraco a los 50 días del camello: Encontrar una gasolinera en medio del desierto sí que es un reto. El Tarraco cuenta con un depósito de 60 litros, pero para aguantar los 50 días que es capaz de estar un camello sin beber, hace falta repostar. “La conducción en las dunas exige de mucha potencia, que genera un mayor consumo. Afortunadamente contamos con un gran depósito”, según Illjevic.
- 100% tecnología LED: Según avanza el día, el desierto cambia del color anaranjado al dorado. Sus impresionantes crestas generan sombras que complican la decisión de los trayectos a tomar. Las luces frontales FULL-LED que incorpora el SEAT Tarraco se convierten en una ayuda al proporcionar una iluminación más clara y nítida. “En la fase de desarrollo, componentes como los faros y pilotos llegan a pasar hasta diez días a temperaturas extremas de -40º a 90º C en una cámara climática para poner a prueba su resistencia, y así asegurar su rendimiento en zonas tan exigentes como el desierto”, recuerda el ingeniero de SEAT.
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