sábado, 6 de octubre de 2018

LA ROTONDA,


NO LE DE MÁS VUELTAS



Lo decía Tom Hanks protagonizando la película Forrest Gump: La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar. Y es que nunca contemplamos la posibilidad de que las circunstancias o casuísticas que nos acechan puedan influir en los planes que nos hemos marcado. Podemos llamarlo sino, destino, hado, suerte, azar, eventualidad, mala suerte, etc., no será por sinónimos, definiciones y supersticiones que puedan definir los avatares de nuestras vidas.

Haciendo un símil, la caja de bombones es como una rotonda: nunca sabes qué te vas a encontrar.


Teniendo en cuenta que la mayoría de nuestras ciudades y, sobre todo, nuestros pueblos han optado por este trazado vial, es verdad que todos, sin excepción, podemos contar alguna anécdota o hecho real que nos ha ocurrido cuando hemos querido entrar o salir de una rotonda: desde acceder a la rotonda sin pedir permiso, como un elefante en una cacharrería, sin importarnos que en la rotonda circulaban vehículos, o querer salir de ella desde el centro cruzando todos los carriles hasta la salida que más nos convenía, al final estos dos ejemplos siempre han terminado en accidente.

Y es que tengo la impresión de que todavía no nos hemos enterado cuáles son las normas que marca el reglamento para LAS ROTONDAS:

 No hagas maniobras peligrosas: las rotondas están para agilizar el tráfico, no para aprovechar y adelantar por donde no se debe, así que haz solo las maniobras permitidas y no uses el ensanchamiento de la calzada para rebasar al resto de coches. El resto de conductores no se esperarán este adelantamiento y el riesgo de accidente puede ser bastante alto.


Prioridad: no hay duda aceptable, la prioridad siempre la va a tener el coche que ya esté dentro de la rotonda. Ni el que va por la derecha, ni ninguna otra regla es aceptada. Solo ten en cuenta que debes ceder el paso a quien ya está en la rotonda y calcular cuándo meterte, para no hacer una incorporación precipitada. Por eso, cuando cojas la rotonda, tienes que mirar hacia ambos lados, la precaución siempre es lo primero.

Usa los carriles correctamente: ten claro la dirección que quieres tomar y cuando lo hagas, ocupa el carril correspondiente. Lo más correcto es usar el carril exterior para girar a la derecha o seguir de frente, mientras que el carril interior se usa para hacer un cambio de sentido, para cambiar de sentido o girar a la izquierda.

Vehículos especiales: observa siempre qué tipo de vehículos están circulando por la rotonda. En el caso de que tengan grandes dimensiones, tendrás una visibilidad reducida, por lo que deberás extremar la precaución para que el riesgo de accidente no incremente.

Uso correcto de los intermitentes: otro de los clásicos en las rotondas, es el mal uso que se hace de los intermitentes. Es primordial indicar bien tu movimiento y que el resto de conductores sepan si vas a tomar una salida o si permaneces dentro de la rotonda. Usa el intermitente derecho para salir de la rotonda y el izquierdo únicamente para cambiar de carril dentro de la misma. ¡No te líes!

Más vale dar una vuelta de más, que provocar un accidente: rectificar es de sabios, y si hay un elemento que permite rectificar en la carretera, esas son las rotondas. Si te has pasado la salida, no hagas maniobras peligrosas, continúa por la rotonda y da otra vuelta para tomar la salida correcta.



Si se dan cuenta, las rotondas como transitar por cualquier otro lugar independientemente de que tengamos unas nociones básicas de las normas, lo que hay que ponerle es un poquito de educación y sentido común. Si no, todo será como la susodicha “caja de bombones” nunca sabes qué te va a tocar o quién te va a tocar.

Con todo mi afecto y respeto,

Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com

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