LA PIEL DEL TIEMPO
Mientras los políticos
españoles mercadean con sus puestos en sus partidos políticos, y otros pierden
los papeles por mantener caliente sus asientos a cualquier precio; debajo de la
sombrilla de la playa, y con viento de poniente, quiero pensar en la buena voluntad y la capacidad de los gestores
políticos que toman decisiones siempre pensando en la mayoría, y no en los
antojos por conseguir de aquellos que no tienen una mayoría democrática y que
utilizan las normas para saltársela a “piola”, creyendo que todavía siguen
haciendo asambleas de instituto para amedrentar a las instituciones de turno
que casi nunca coincidían con los planes de estudio de aquella época.
Pere Navarro, nuevo Director General de Tráfico |
La sinrazón de las personas
válidas nunca debería pasar por el filtro de la política, esa debería ser una
máxima del buen legislador político. Si las cosas se están haciendo bien, ¿por
qué cambiarlas? Es el caso del nuevo Director General de Tráfico, Pere Navarro,
este ingeniero que durante una época determinada fue colocado con más o menos
intención para arreglar el asunto de que nos matáramos menos en la carretera
entre otras cuestiones. Y mire usted por donde, lo consiguió. Pero, como cambió
el signo político de aquellos tiempos, a este buen señor que estaba haciendo
bien su trabajo, lo destituyeron a pesar de todo. A partir de ese momento en la
DGT, los siguientes directores generales no tuvieron el acierto, la
responsabilidad, o la intuición de mejorar las cifras de Pere Navarro, que se
implicó de tal manera en nuestro país, que empezó por poner en marcha todo
cuanto estaba a su alcance por luchar contra los irresponsables al volante y
ganó por puntos. Se fue, con una planificación por realizar y con un trabajo
bien hecho.
Sensato, o sea con sentido
común en todos los planes que ejecutaban para que no nos matáramos en la
carretera y evitar que algún lunático hiciera lo propio. El ex director general
vuelve con un equipo capaz y veraz, vuelve porque el partido en el poder, en
estos momentos, ha vuelto a cambiar de signo y se ha dado cuenta que es un
valor real y que además su trabajo le avala.
Señor Sánchez, Presidente: si
actuara de la misma forma que lo ha hecho, colocando en su sitio a un hombre
que nunca tuvo que haber salido de ahí, como Pere Navarro podría contar siempre
con mi confianza llamada papeleta o voto a su favor de por vida, pero como para
eso también hay que ser consecuente con la mochila que uno lleva en el debe de
su trayectoria, tendría que pensármelo.
Sí, si yo fuera presidente, me
gustaría que me hubiera votado la mayoría del electorado del país, y no me
hubiera elegido amistades impuestas que pretenden volatilizar la cordura, el
sentido común y las leyes de un país que hemos elegido todos los españoles. No,
señor Sánchez, a mí me gustaría mirarme a la cara cada mañana y no ver la
tristeza de mis ojeras, por los muertos de ETA, o las canas de mi pelo, por una
Comunidad autónoma que se va al traste con la reivindicación anticonstitucional
de la independencia.
Tengo la esperanza de que
todavía, en los pocos años que le quedan en la presidencia del país, presida un
gobierno para todos los españoles, empresarios, desempleados, enfermos,
homosexuales o no, trabajadores, investigadores, madres y estudiantes. Proteja
a los más desfavorecidos y haga grande una nación que suena más grande que su
nombre y la de sus amigos.!ESPAÑA! Convoque elecciones, y
apruebe la asignatura con nota. Rodéese de profesionales honestos y capaces
como Pere Navarro y estoy seguro que empezará a construir una nación desde los
cimientos de todos y para todos.
Durante su mandato en la DGT ha implantado el carné de conducir por puntos y la reducción de la
siniestralidad en la carretera.
Durante los ocho años de su
mandato esta cayó un 50%: cada año se redujeron los muertos en carretera con
respecto al anterior, alcanzando en 2011 la cifra de (1479 personas) la primera
vez en 50 años que bajaba de 1500.
Me consta que no es fácil
acertar siempre, pero creo que es más difícil equivocarse una y otra vez. No vuelva a hacer uso del refrán popular: “El
ser humano es el único que tropieza dos veces con la misma piedra”. Construya
su proyecto “por derecho”, con profesionales honestos y rebusque en la piel del
tiempo para aprender y no equivocarse de nuevo.
Atención a Mark Twain:
“Honestidad: la mejor de todas
las artes perdidas”.
Con afecto,
Pepe Bejarano.
14 julio 2018
todomotorsevilla@gmail.com
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