La asociación alerta de las
graves consecuencias en empleo, industria y cambio climático de los posibles
vetos a la tecnología
De hecho, como resalta de los
Mozos, “las plantas en España trabajan cada día en la adecuación de sus líneas
de producción, para integrar cuanto antes las exigencias normativas
medioambientales y todas las mejoras tecnológicas”. Hasta 10.000 millones de
euros invierten las compañías de automoción en el país en los últimos cuatro
años, enfocadas en nuevas tecnologías y en innovación.
El presidente y el vicepresidente
ejecutivo, Mario Armero, se reunieron el martes por la tarde con la ministra de
Transición Ecológica, Teresa Ribera para presentarles “la estrategia de la
industria de la automoción y establecer con ella un clima de trabajo y
normalidad”, señaló Armero. El vicepresidente destaca que, en esa reunión,
transmitieron a la ministra “la necesidad de trabajar conjuntamente en un nuevo
modelo de movilidad cero y bajas emisiones; en atacar el envejecimiento del
parque automovilístico y en desarrollar el mercado para el vehículo
alternativo, con medidas concretas como la normativa del gestor de carga o la
puesta en marcha del programa VEA de estímulos a la compra de vehículos
híbridos, eléctricos y de gas. Todo ello para trabajar en la descarbonización del
transporte y un nuevo modelo de movilidad y bajas emisiones”. “Queremos
trabajar en una agenda conjunta, que vaya más allá de meras manifestaciones y
que favorezca este tipo de movilidad, junto con una
nueva industrialización de las
plantas españolas con modelos de bajas emisiones y tecnología de alto valor
añadido”, aseguró Armero.
TRES ARGUMENTOS
La asociación resalta que esta
persecución al combustible diésel se inicia “cuando los motores están más
avanzados tecnológicamente que nunca”, incluso con las nuevas condiciones
regulatorias de medición de emisiones impuestas en Europa. De hecho, desde que
entró en vigor la normativa de motores Euro para los diésel en 1992, los
vehículos emiten hasta 100 veces menos* de NOx y partículas. “Los fabricantes
están preparados para adaptarse a las políticas medioambientales y sociales,
como ya han demostrado en el pasado, pero se necesita una transición ordenada y
una gestión adecuada de estos cambios”, afirma el vicepresidente.
Los desarrollos tecnológicos
han hecho posible que “los automóviles actuales puedan consi- derarse de ultra
bajas emisiones respecto a los de hace tres o cuatro décadas”*. No obstante, el
incremento del parque en las ciudades y la creciente preocupación ciudadana por
los efectos de la calidad del aire sobre la salud, imponen nuevos retos que
deben ser afrontados recurriendo a nuevas mejoras de los sistemas
convencionales y, sobre todo, a la renovación del parque. Los 14,5 millones de
vehículos de más de 10 años que circulan por España emiten un 90% más de
emisiones de NOx y partículas que los actuales. No hay ninguna iniciativa
europea que tenga un calendario de prohibición de vehículos nuevos diésel, ni
de vehículos de combustibles fósiles. Todas las que existen, están relacionadas
con el establecimiento de una fecha, a medio-largo plazo, para la prohibición
de los vehículos más antiguos, que son los responsables de la mayor parte de
las emisiones, así como una de las principales causas de siniestralidad.
Por otro lado, la contribución
de la tecnología diésel a la reducción de CO2 y a la mitigación del cambio
climático es fundamental, por ser la tecnología más eficiente y accesible del
momento. Si las compras de vehículos gasolina se disparan en detrimento del
diésel, España tendrá dificultades de cumplir sus objetivos de reducción de
emisiones de CO2 fijadas por la Unión Europea.
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