La visibilidad es un factor
clave en las 24 Horas de Le Mans, una carrera en la que las variaciones de luz
(día, noche, amanecer y atardecer) y la cambiante meteorología, se suman a la
suciedad que los coches acumulan en una prueba tan larga.
Los parabrisas de competición
suelen ser de policarbonato, un material que ofrece ventajas e inconvenientes
frente al cristal laminado.
Este fin de semana se disputan las 24 Horas de Le Mans, una de las
pruebas más míticas del automovilismo mundial. Como líder y referente en la
reparación y sustitución de lunas de vehículos en nuestro país, desde Carglass España queremos explicar las diferencias entre los parabrisas y
limpiaparabrisas de los coches de calle y de los automóviles de competición que
participan en esta prueba. Y es que la visibilidad es un factor clave en las 24
Horas de Le Mans, una carrera en la que las variaciones de luz (día, noche,
amanecer y atardecer) y la cambiante meteorología, se suman a la suciedad que
los coches acumulan en una prueba tan larga.
Cristal laminado vs
policarbonato
La primera diferencia es la
composición, pues un coche de calle monta un rígido parabrisas de cristal
laminado, mientras que en la competición se emplea el policarbonato en todas
las lunas. El principal motivo es el ahorro de peso, que puede llegar al 50%.
La otra ventaja que ofrece es su superior resistencia en caso de impacto. Este
material no se puede emplear en los parabrisas de los coches de calle por tres
motivos fundamentales. El primero es su falta de rigidez. Un parabrisas de
cristal aporta hasta el 30% de la resistencia estructural del vehículo en caso
de vuelco. Al incorporar una jaula antivuelco de seguridad, que evita que el
techo se hunda, los coches de competición no necesitan ese aporte de rigidez.
Su segunda desventaja es que
se raya con mucha facilidad, enturbiando la visibilidad y provocando molestos
reflejos; y los conductores tendrían que reemplazarlo con frecuencia. El tercer
motivo es que es menos transparente que el cristal y ofrece una peor calidad de
visión. Por último, aspectos relacionados con su montaje hacen que sea más
complicado conseguir una perfecta estanqueidad con el policarbonato.
El reto de mantener el
parabrisas limpio
Los coches de competición
dejan mucha suciedad en la pista, procedente de las virutas de goma que se
desprende de sus neumáticos y de aceite y otros líquidos. Muchos de estos
elementos acaban en el parabrisas del coche que va detrás bien pegado, pues en
las carreras no hay que mantener la distancia de seguridad. Para mantener la
mejor visibilidad posible a lo largo de las 24 horas de carrera, los mecánicos
limpian en profundidad el parabrisas en cada parada en boxes (cada 40 minutos,
aproximadamente) con potentes productos de limpieza.
Pero la suciedad se incrusta
tanto por las velocidades que se alcanzan en Le Mans, que esto a veces no es
suficiente. Por este motivo, se montan finas láminas de plástico traslúcidas
por encima del parabrisas, que se van retirando cuando ya no pueden limpiarse,
a medida que va avanzando la carrera. El ganador de la edición del año pasado
llevaba instaladas once láminas y este es el número máximo que suele emplearse,
pues a partir de ahí se distorsiona la imagen y se compromete la visibilidad
del piloto.
Los limpiaparabrisas también
ofrecen muchos retos. En competición suelen ser de un solo brazo, para reducir
la resistencia aerodinámica y porque no es tan necesario, como en la calle, que
su barrido llegue a todas las esquinas. Los pilotos han de ser cuidadosos al
accionarlos, pues si llevan mucha suciedad acumulada en el parabrisas,
accionarlos puede empeorar la situación, en lugar de mejorarla. Y quedarse con
un parabrisas emborronado en mitad de una carrera y con el sol de frente no es
una buena idea.
La importancia del parabrisas
en la seguridad vial
El parabrisas juega un papel
clave en la seguridad vial, en primer lugar, por sus evidentes implicaciones en
la correcta visibilidad al volante: el 90% de la información que recibimos al
conducir nos llega a través de la vista. No menos importante, el parabrisas
aporta hasta el 30% de la resistencia de la estructura del vehículo y es un
elemento clave para evitar el hundimiento del techo en caso de vuelco. Además,
la eficacia del airbag del acompañante está condicionada por el buen estado del
parabrisas, pues al desplegarse se apoya sobre él, ejerciendo una gran presión
que podría llegar a arrancarlo. Por último, los sensores de los sistemas ADAS
de seguridad suelen instalarse en el parabrisas.
Por todos estos motivos es muy
importante realizar un correcto mantenimiento del parabrisas. Y en los coches
que equipan sistemas de seguridad ADAS, realizar un correcto recalibrado tras
una sustitución, cuando se sustituye el parabrisas de un coche equipado con
sistemas de seguridad ADAS, hay que recalibrar las cámaras y sensores con un
software y utillaje especiales. Los centros Carglass disponen de esa tecnología
de celebración, para que los sistemas de seguridad del coche, como la alerta de
cambio de carril o el freno automático de emergencia, funcionen perfectamente.
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