El estado de California, en
Estados Unidos, ha comenzado un proyecto piloto para probar en vehículos
gubernamentales matrículas digitales que pueden reflejar mensajes
personalizados e informar de la ubicación del coche en caso de robo. Junto con
Dubái, se erige en la región del mundo pionera en implantar esta tecnología.
El departamento de tráfico del
estado de California ha adquirido las nuevas matrículas de tinta electrónica a
la compañía local Reviver Auto, que prueba en vehículos públicos de la ciudad
de Sacramento desde la pasada semana, como ha informado The Sacramento Bee.
La administración de
California ya ha introducido las matrículas electrónicas en 116 coches, pero el
programa piloto que se desarrollará hasta 2020 también se dirige a usuarios
particulares y tiene como límite el 1% de los vehículos del estado en total.
Las matrículas electrónicas
del modelo RPlate Pro tienen unas dimensiones similares a las tradicionales, de
15 por 30 centímetros. Su fabricante participa en un proyecto piloto que
llegará además de a California a los estados de Florida, Arizona y Texas
durante 2018, como explica desde su web.
Las matrículas digitales se
orientan especialmente a vehículos de empresas y públicos, y utilizan una
plataforma desde la que se encuentran conectados en la nube de forma que se
puede personalizar la pantalla e incluir publicidad en los bordes del dispositivo,
mientras muestran el número de identificación del vehículo.
Los dispositivos están
sincronizados con una aplicación que permite gestionar el mensaje que se
muestra. Se trata de un servicio con distintas variedades de suscripciones para
empresas y que requiere que las matrículas utilicen conexión de datos, para lo
que cuenta con un chip que le permite tener datos móviles y estar siempre
conectada.
La controvertida 'táctica'
antirrobos
Otras de las funciones
principales de las matrículas digitales son las herramientas de seguridad, en
concreto el módulo de geolocalización que se puede añadir y que permiten
descubrir la ubicación de los vehículos en caso de robo -siempre que los
ladrones no hayan retirado la matrícula-. Este punto, no obstante, es el que
más controversia genera a tenor de las dudas que existen respecto a la
privacidad de los datos recopilados, pues algunos conductores ponen en
entredicho que no se pueda usar a modo de rastreo de los propietarios.
Para funcionar dispone de su
propia batería, que se recarga de forma automática.
El precio de cada placa es de
699 dólares (unos 600 euros). A dicha cuantía hay que sumar seis euros al mes
por el uso de los datos móviles, la instalación del panel y el precio del
dispositivo de localización.
Un portavoz de departamento de
tráfico de California ha asegurado que no probarán estos dispositivos en los
vehículos de empleados públicos ni monitorizará su ubicación.
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