Las emociones que generan las
24 Horas, en boca de sus protagonistas
Le Mans es uno de los
escenarios donde se han vivido las más grandes gestas del automovilismo. Desde
que en 1951 Porsche alineara dos 356 SL, siempre ha habido un Porsche en la
parrilla de las 24 Horas de Le Mans. Es la marca con más participaciones, 67
consecutivas. Y también la que más triunfos ha logrado, con 19 victorias
absolutas y 49 de categoría, estas últimas en manos del Porsche 911. Este
modelo también es el automóvil que en más ocasiones se ha alineado en esta
carrera: nada menos que 449 unidades han competido en el circuito de La Sarthe.
A lo largo de esta historia de
amor con Le Mans, Porsche ha saboreado las mieles del éxito, pero también la
amarga dureza y terrible crueldad de las 24 Horas de Le Mans. Los pilotos de la
marca han podido sentir la alegría más sobrecogedora y las decepciones más
grandes, a veces en una misma carrera. Hemos recuperado 24 declaraciones de
pilotos Porsche de todas las épocas, que tratan de condensar estas emociones y
de explicar la magia de las 24 Horas de Le Mans.
Richard Attwood (piloto en la
primera victoria de Porsche, en 1970)
"La Comisión Deportiva
Internacional (CSI) creó una normativa fuera de la lógica, nunca creyó que
alguien haría 25 coches para ganar un campeonato. Pero eso es exactamente lo
que hizo Porsche y, también, Ferrari. Se estableció una preciosa rivalidad
entre ambas marcas que no ha vuelto a repetirse. Fue un periodo
maravilloso".
Richard Attwood
"El motor era lo mejor
del 917. Los pilotos preferimos los motores grandes".
Hans Hermann (piloto en la
primera victoria de Porsche, en 1970)
"Después de casi 20 años
de competición y algún accidente, no quise tentar más la suerte. ¿Qué puede ser
mejor que ganar Le Mans? Empecé en Le Mans (en 1953, con un Porsche 550) y
quise acabar allí consiguiendo la primera victoria para la marca".
Gijs van Lennep (ganador de Le
Mans con Porsche, en 1971 y 1976)
"La de 1971 fue una
victoria fantástica. No se esperaba que ganásemos. Teníamos un chasis
experimental de magnesio y muchas cosas nuevas, como los frenos perforados.
Pero a las 4 de la mañana estábamos primeros. Todo fue bien hasta la última
hora, cuando un disco se agrietó. Llevábamos 30 minutos de ventaja y no había
tiempo para repararlo. El director de Martini Racing dijo: `La solución es simple:
¡no frenéis!´ Y es lo que hicimos, prácticamente dejamos de frenar y pasamos
las curvas despacio". (En 1971, Lennep y Helmut Marko consiguieron un
récord de distancia de 5.335 km, que permaneció imbatido 40 años).
Derek Bell (cinco victorias en
Le Mans, cuatro con Porsche)
"Por supuesto que amaba
el 917, porque tenía 600 CV y muy poco agarre. Cuando pisabas a fondo, las
ruedas patinaban y podía salir una nube de humo, lo que obligaba a tener
siempre los brazos ocupados con volante. En la lluvia podías estar haciendo
contravolante en plena recta de Mulsanne".
Reinhold Joest (piloto del
917/20 "Pink Pig")
"El 917 era distinto al
resto de coches. Me preguntaba: ¿Esto es un coche de carreras? Pero cuando lo
conduje, en la recta era mejor de lo que esperaba, con menos resistencia al
avance y carga aerodinámica más que suficiente. Era fantástico y no me
importaba el color exterior. Por dentro no era rosa".
Derek Bell
"Estábamos filmando una
secuencia, Seppi (Jo Siffert) en un 917 y yo en un 512S. Pasábamos a fondo por
Maison Blanche y a la salida había un idiota tumbado boca abajo con una cámara.
Nos bajamos furiosos de los coches y nos quejamos al director, John Sturges.
Resulta que era Steeve McQueen, buscando un mejor ángulo".
Jacky Ickx (seis victorias en
Le Mans, cuatro con Porsche)
"1977 fue la edición de
Le Mans más extraordinaria para Porsche. Tras cuatro horas, el motor del 936
que compartía con Henri Pescarolo se paró. El otro 936 había perdido tiempo
cambiando un inyector de combustible. Estaban en el puesto 41. Me pusieron en
el coche como reserva y los tres (Haywood, Barth y yo) tuvimos que hacer 20
horas a fondo. Fue bueno ver la reacción del equipo según escalábamos en la
clasificación". (Al final el coche perdió un pistón e Ickx tuvo que hacer
dos vueltas despacio, echando humo, pero ganaron la carrera).
Jonathan Palmer (cinco
participaciones en Le Mans con Porsche)
"La normativa de los
Grupo C era brillante, con unos litros de combustible limitados, 20 años antes
de que llegara esta moda a la competición. Había motores de cuatro, seis, ocho
y doce cilindros; turbo y atmosféricos. Una ambiente rico en formas y sonidos.
En ese entorno podías confiar en que Porsche haría bien sus cálculos".
Dr. Helmuth Bott (director de
desarrollo de Porsche en los 70 y 80)
"Derek se quejaba de que
nunca habíamos hecho un monocasco, ni un coche con efecto suelo. Le contesté
que nunca nos habíamos equivocado". (Derek Bell firmó y fue piloto oficial
durante toda la era de los Grupo C, en la que logró tres victorias más en Le
Mans).
Jacky Ickx
"Cuando apareció el
Porsche 956 era tan avanzado a su tiempo que la competencia necesitó años para
alcanzarlo. Además, Porsche lo desarrolló continuamente para mantenerlo al
frente".
Hans-Joachim Stuck (dos
victorias y cinco podios en Le Mans con Porsche)
"Siempre que Derek Bell
estaba en el coche, no tenía nada de qué preocuparme. Era rápido, fiable, no
rompía nada y se adaptaba sin problemas cuando algo no iba bien." (Stuck
consiguió un récord de vuelta en Le Mans, a 251,810 km/h, que duró 32 años).
Derek Bell
"Al principio, el Porsche
956 no parecía tan diferente. Tenías que conducirlo realmente al límite y hacer
trabajar el efecto suelo como es debido para darte cuenta de cómo era en
realidad. De hecho, no se parecía a ningún otro coche de carreras hasta ese
momento".
Derek Bell
"Porsche entendió mejor
que ningún otro fabricante que no era suficiente con tener un coche rápido.
Tenía que ir rápido durante 24 horas, sin importar el talento del tipo al
volante o lo cansado que estuviera. Lo que significa que un coche para Le Mans
debía ser fácil de pilotar".
Richard Lloyd (dueño de GTi
Engineering, equipo cliente de los Porsche 956 y 962)
"No había ceremonias, te
llevaban a la parte trasera y te decían donde estaba tu coche. Pero lo
cargabas, lo llevabas a un test y era competitivo desde la primera vuelta, nada
más bajarlo del camión. Eso era lo verdaderamente importante".
Derek Bell
"Cuando me preguntan qué
coche es mi favorito, tengo que decir que el Porsche 962. En Europa y América
debí ganar más de 30 carreras con él. No te puedes imaginar lo bueno que
era".
Allan McNish (ganador de Le
Mans, en 1998, con Porsche)
"El sentimiento más
importante tras la victoria de 1998 con el Porsche 911 GT1 fue de alivio. Toda
la cúpula, desde el presidente Wiedeking para abajo, estaba celebrando el 50
aniversario de la marca en Le Mans. Subí al podio con toda la afición mirando y
me dije: `Misión cumplida´. Hasta que no pasaron unos días no me di cuenta de
lo que esa victoria había significado para mi propia carrera. De pronto el
teléfono empezó a sonar. Los ingenieros se acercaban para conocer mis
impresiones...".
Nick Tandy (ganador de Le
Mans, en 2015, con Porsche)
"Pilotar en Le Mans es
fantástico, tanto en el Porsche 919 Hybrid como en el 911 RSR. Hacia el final
de la carrera, la pista está llena de goma y es una sensación impresionante:
aparece el sol, el coche funciona a la perfección y la adherencia es muy alta.
Es un momento que se disfruta mucho".
Earl Bamber (ganador de Le
Mans en 2015 y 2017 con Porsche)
"La de 2017 (Porsche 919 Hybrid)
fue una carrera loca. Parecía que estaba todo perdido. Luego pudimos salir para
luchar por el quinto puesto. Más tarde, por el podio. Y, al final, por la
victoria. La predicción decía que adelantaríamos al rival en la última vuelta,
aunque pudimos hacerlo antes. Fueron 18 horas a fondo. Precioso".
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