El ‘Petite Rosalie’ es toda
una leyenda de la automoción. Este Citroën 8CV de serie (4 cilindros y 1400cc)
rompió todos los récords de resistencia en los años 30 del pasado siglo y se
hizo un hueco en el Olimpo automovilístico, tanto por sus extraordinarias
prestaciones como por su belleza. Su espíritu se ha mantenido con el paso de
los años y se presenta hoy en forma de juguete o pieza de decoración, capaz de
hacer soñar a las más pequeñas y emocionar a las mayores.
La satisfacción de conducir un
automóvil es una emoción reservada para adultas. Sin embargo, eso no impide que
las niñas incorporen esta actividad simbólica a sus juegos de un modo
espontáneo y natural. Pero ni miniaturas ni videojuegos pueden compararse a la
sensación de ponerse sobre ruedas, asir el volante y sentir la emoción de
emprender la marcha; sobre todo si es con una joya como el ‘Petite Rosalie’.
Como el mítico vehículo en el
que se inspira, este juguete, ideal para niñ@s entre 1 y 3 años, está realizado
con el mayor cuidado y detalle, con miras a repetir la hazaña de su antecesor
-recorrer 300.000 km. sin fallos mecánicos-, a pesar de que quienes tienen
hij@s saben bien que las condiciones que impone la conducción infantil pueden
ser incluso más exigentes que las de cualquier circuito de pruebas profesional.
Gracias a la ‘Petite Rosalie’,
l@s niñ@s podrán explorar a su propio ritmo, sentir la perspectiva de quien
conduce, abrir ojos y bocas a su paso y, sobre todo, disfrutar de la fantasía
de conducir por sí mism@s un coche de récord que proporcionó a Citroën tantas
alegrías como las de quienes se decidan a regalar este singular juguete.
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