Es un
hecho cierto que las campañas de seguridad vial fluyen con generoso caudal y
llegan a todos los sectores de la sociedad de una u otra manera: los reiterados
mensajes de la DGT, la Educación Vial en los centros de enseñanza, las revistas
de motor y las diferentes asociaciones dedicadas a elaborar estadísticas y a
sugerir actitudes, para que el tráfico sea más seguro, son muestras evidentes
de tan digna labor; pero esas campañas… ¿Reducen la siniestralidad? Pues yo
creo que sí, y creo además que, al ser difundidas con perseverancia ─preciada
virtud─, las personas y entidades difusoras acrecientan las posibilidades de
lograr sus objetivos.
Para
corroborar que ese trabajo no es baldío, nos puede valer esta noticia divulgada
en los medios de comunicación: “Baja un 75% la muerte de jóvenes en la
carretera en los últimos diez años”. Este titular va acompañado de unos datos
que resultan, al menos, esperanzadores, porque de los 1.500 que fallecieron en
2.006, hemos pasado a una cifra de 400 en 2.016. No es para echar las campanas
al vuelo, ya que el número de fallecidos supera a los días que tiene un año,
pero no cabe duda de que la situación ha mejorado.
Persistimos
en la necesidad y conveniencia de las campañas preventivas, aportando más datos
del informe: “Los conductores de entre 16 y 29 años lideran la reducción más
significativa en el número de fallecidos por siniestralidad vial”. Un fiel reflejo de que las campañas mejoran
la educación y crean una mayor conciencia del riesgo al volante, factores que
han desembocado en que los jóvenes conductores de hoy sean más seguros que los
de hace una década.
Si nos
detenemos en el controvertido asunto de conducir bajo los efectos del alcohol,
aunque sea en pequeñas cantidades, nos encontramos con una agradable sorpresa,
pues después de entrevistar a más de 2.000 jóvenes, resulta que son ellos los
que hablan de la necesidad de endurecer las sanciones a los conductores que
cojan el volante después de haber consumido alcohol o drogas, dándose la
circunstancia de que más de la mitad de los encuestados apoyaría la tasa cero
de alcoholemia.
Y como
la juventud actual es tan desenvuelta en el uso de las nuevas tecnologías,
también apuesta por soluciones innovadoras: como el sistema que, al detectar
que el conductor está bajo los efectos del alcohol, imposibilita la puesta en
marcha del vehículo; o los limitadores de velocidad, ya introducidos en el
mercado del automóvil, que impiden exceder los máximos establecidos.
Amigos
lectores de TODOMOTOR, ¿nos queda alguna duda de que las campañas de seguridad
vial son útiles y necesarias?
Con
mis mejores deseos: salud, felicidad y perseverancia.
Fernando
Monge
4/noviembre/2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.