sábado, 4 de noviembre de 2017

CEDA EL PASO con Fernando Monge







Es un hecho cierto que las campañas de seguridad vial fluyen con generoso caudal y llegan a todos los sectores de la sociedad de una u otra manera: los reiterados mensajes de la DGT, la Educación Vial en los centros de enseñanza, las revistas de motor y las diferentes asociaciones dedicadas a elaborar estadísticas y a sugerir actitudes, para que el tráfico sea más seguro, son muestras evidentes de tan digna labor; pero esas campañas… ¿Reducen la siniestralidad? Pues yo creo que sí, y creo además que, al ser difundidas con perseverancia ─preciada virtud─, las personas y entidades difusoras acrecientan las posibilidades de lograr sus objetivos.


Para corroborar que ese trabajo no es baldío, nos puede valer esta noticia divulgada en los medios de comunicación: “Baja un 75% la muerte de jóvenes en la carretera en los últimos diez años”. Este titular va acompañado de unos datos que resultan, al menos, esperanzadores, porque de los 1.500 que fallecieron en 2.006, hemos pasado a una cifra de 400 en 2.016. No es para echar las campanas al vuelo, ya que el número de fallecidos supera a los días que tiene un año, pero no cabe duda de que la situación ha mejorado.

Persistimos en la necesidad y conveniencia de las campañas preventivas, aportando más datos del informe: “Los conductores de entre 16 y 29 años lideran la reducción más significativa en el número de fallecidos por siniestralidad vial”.  Un fiel reflejo de que las campañas mejoran la educación y crean una mayor conciencia del riesgo al volante, factores que han desembocado en que los jóvenes conductores de hoy sean más seguros que los de hace una década.

Si nos detenemos en el controvertido asunto de conducir bajo los efectos del alcohol, aunque sea en pequeñas cantidades, nos encontramos con una agradable sorpresa, pues después de entrevistar a más de 2.000 jóvenes, resulta que son ellos los que hablan de la necesidad de endurecer las sanciones a los conductores que cojan el volante después de haber consumido alcohol o drogas, dándose la circunstancia de que más de la mitad de los encuestados apoyaría la tasa cero de alcoholemia.

Y como la juventud actual es tan desenvuelta en el uso de las nuevas tecnologías, también apuesta por soluciones innovadoras: como el sistema que, al detectar que el conductor está bajo los efectos del alcohol, imposibilita la puesta en marcha del vehículo; o los limitadores de velocidad, ya introducidos en el mercado del automóvil, que impiden exceder los máximos establecidos.

Amigos lectores de TODOMOTOR, ¿nos queda alguna duda de que las campañas de seguridad vial son útiles y necesarias? 

Con mis mejores deseos: salud, felicidad y perseverancia.


Fernando Monge
 4/noviembre/2017

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