Los conductores deben confiar
en los complejos dispositivos que conforman sus vehículos a la hora de lanzarse
a la carretera
Esta certidumbre debe ser
todavía más fuerte en el caso de los profesionales de la conducción, y no debe
menguar en el caso de los vehículos que no sean nuevos.
Por ejemplo, los conductores
de camiones de segunda mano, que pasan muchas horas en carretera, deben confiar
en su velocímetro tanto para garantizar la seguridad propia y ajena como para
cumplir con los límites legales de velocidad. Además, el kilometraje señalado
por el odómetro debe ser preciso por motivos de logística.
Sin embargo, los velocímetros
muestran datos falseados y el margen de error, además, puede afectar al
kilometraje calculado. En Motor Main, como expertos en la venta de vehículos
industriales, conocen de cerca estas circunstancias.
El velocímetro no muestra la
velocidad real
En efecto, la velocidad real
no se representa con precisión en los velocímetros; independientemente de que
sean coches nuevos, coches de ocasión o furgonetas de segunda mano.
No se debe solamente a las
limitaciones técnicas de aparatos que nunca pueden ser perfectos. Esta
indicación inexacta responde, en realidad, a la búsqueda de una mayor
seguridad.
Ese parece ser el espíritu de
la ley en la Directiva 75/443/CEE y las otras que la modifican, que estipula
claramente que la velocidad indicada por el velocímetro nunca podrá ser
inferior a la real. Una medida que puede parecer razonable si se consideran las
consecuencias de un trayecto en el que el velocímetro haga justo lo contrario:
que indique, por ejemplo, 100 km/h cuando el vehículo circula a 120 Km/h. No es
solo cuestión de cumplir el reglamento de circulación, sino también de
considerar los peligros de una velocidad excesiva.
Las experiencias han indicado
que el velocímetro varía su precisión entre un 2 % y un 10 % según las circunstancias
técnicas de cada vehículo, y según sea cada modelo y cada fabricante. Sin
embargo, el margen de error del velocímetro no es arbitrario, y la ley
establece que la diferencia de la velocidad indicada debe ser, como máximo,
igual a la décima parte de la velocidad real, más 4. Es decir, para una
velocidad de 100 km/h, se admite un margen de error máximo de 14 km/h (el
velocímetro marcaría entre 101 y 114 km/h).
Los cuentakilómetros u
odómetros analógicos han dependido tradicionalmente del velocímetro, por lo que
la velocidad indicada afecta al cálculo del kilometraje. Esto significa que la
distancia real recorrida puede no coincidir con la señalada en los indicadores
del panel del vehículo y, por lo tanto, se falsearían los datos de kilometraje,
algo que para los profesionales de la conducción puede ser un inconveniente.
En definitiva, conviene tener
en cuenta estos factores a la hora de la conducción y el control del recorrido.
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