Los nuevos propietarios no quieren ser inversores pasivos.
A principios de septiembre, la
firma de capital riesgo CVC Capital Partners vendió por 8.000 millones de
dólares (7.580 millones de euros) su participación de control en la Fórmula Uno
(F1) a la compañía estadounidense Liberty Media. De esta forma, Chase Carey se
convirtió en presidente de la F1. Carey fue vicepresidente ejecutivo de la 21st
Century Fox y tiene mucha experiencia en programas de deportes, pero nunca se
le había pedido que reinventara un deporte.
Durante los últimos 40 años,
la F1 ha sido dirigida personalmente por Bernie Ecclestone, quien transformó un
deporte amateur para entusiastas en una empresa multimillonaria con millones de
televidentes. Su dominio de los negocios de la F1 reforzó su dominio sobre el
deporte. Tenía que dar su visto bueno a casi todas las decisiones.
Pero los nuevos propietarios
de la F1, que tienen una participación de control del 35%, no tienen intención
de ser inversores pasivos. Desde hace años el interés de los televidentes y los
patrocinadores por el deporte ha ido bajando. Algunos promotores amenazan con
retirar sus carreras del calendario y los equipos exigen una distribución más
justa de los ingresos. Ecclestone no participó en el proceso de venta de CVC,
pero su presencia fue un problema después de la firma del acuerdo. Cuatro meses
después fue reemplazado por Carey como consejero delegado y relegado al cargo
de asesor, aunque conserva una participación de 2,1% en la F1 y Bambino
Holdings, su trust familiar, tiene un 5,4%.
Objetivos
El objetivo de Carey y su
equipo es conseguir nuevos televidentes. Se habla de acuerdos de retransmisión
por internet de pago por visión, expansión a EEUU y eventos secundarios en cada
Gran Premio. Pero se tardará tiempo en acabar con el legado de Ecclestone.
El año pasado las
retransmisiones generaron el 35% de los ingresos anuales de la F1, que
ascienden a más de 1.800 millones de dólares. Las promociones de las carreras
generan otro tercio, el 15% proviene de la publicidad y el patrocinio y el
resto de licencias y otros aspectos. Pero desde 2008 la F1 ha perdido un tercio
de su audiencia mundial, alrededor de 200 millones de espectadores. El cambio
de las retransmisiones gratuitas a la televisión de pago realizado por
Ecclestone tiene parte de la culpa porque redujo las cifras de televidentes,
una preocupación para los patrocinadores.
El año pasado Sky obtuvo los
derechos exclusivos de retransmisión de la F1 en el Reino Unido de 2019 a 2024.
Los derechos en Italia, España y Francia se tienen que negociar este año.
Durante años, los derechos de retransmisión televisiva y digital de la F1 iban
juntos, lo que dificultó a Liberty Media retransmitir las carreras en
Formula1.com o firmar acuerdos de streaming. La falta de una estrategia digital
coherente contribuyó a la disminución del interés por el deporte y los críticos
dicen que la expansión a nuevos mercados realizada por Ecclestone dañó a la
marca.
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