El coche volador es ya una
realidad. PAL-V, la empresa holandesa dedicada a la fabricación de estos
revolucionarios vehículos, ha comenzado a vender sus primeros modelos
comerciales.
El denominado Liberty Pioneer
será el primero en llegar a los clientes que lo adquieran, es decir, aquellos
que abonen los 599.000 dólares (564.000 euros) en los que se ha fijado su
precio. Una vez se hayan materializado todas las entregas, comenzarán las de
una segunda versión más 'asequible', el Liberty Sport, cuyo precio es de
399.000 dólares (375.000 euros). La diferencia entre ambos es que el primero
admite personalizar su interior y exterior.
Tras ocho años de trabajo y
cinco después de dar a conocer los primeros detalles de este proyecto
revolucionario para el transporte aéreo y terrestre, PAL-V ha puesto en el
mercado sus coches voladores. Estos pueden reservarse ya a través de su página
web, previo pago de un deposito por valor de 2.500 dólares. Las entregas
comenzarán a finales de 2018, con lo que la entidad cumplirá con su promesa.
El Liberty Pioneer cumple con
la normativa vigente en la legislación europea y estadounidense tanto de
aviación como de circulación por las carreteras, de acuerdo con la firma. Se
trata de un vehículo con tres ruedas y de dimensiones similares a las de un
coche convencional (4 metros de longitud, 2 de anchura y 1,6 de alto.), pero
cuenta con una hélice que se despliega con ayuda de un mástil para poder
sobrevolar las ciudades. Esta se sumerge en el cuerpo del vehículo o se
despliega según se vaya a circular por tierra o aire, y el tiempo que ello
conlleva es de entre 10 y 15 minutos. Su sistema de propulsión se basa en dos
motores Rotax.
Para despegar, aunque no
requiere de un contacto permanente con las torres de control de los
aeropuertos, sí está sujeto a las normativas aéreas y no puede iniciar el vuelo
en cualquier espacio puesto que necesita al menos 165 metros de pista para
elevarse y unos 30 metros para aterrizar. La compañía, además, incluye con la
compra un curso de conducción del vehículo, lo que no exime de la necesidad de
contar con licencia de piloto (PPL o LAPL), así como el permiso de conducir.
En cuanto a la circulación por
carretera, este está equipado con el denominado Estabilizador Dinámico en Curva
(DCS, por sus siglas en inglés), lo que le permite rabajar la suspensión para
acomodarse en los giros y ofrecer mayor agilidad de conducción.
Su motor, de 100 CV, le
permite alcanzar una velocidad máxima por asfalto de 160 km/h y lograr el 0 a
100 km/h en tan solo nueve segundos. El consumo homologado de combustible es de
7,6 litros a los 100 km y dispone de una autonomía de 1.315 km con un solo depósito.
Por su parte, en el aire la
velocidad de crucero es de 160 km/h y la máxima de 180 km/h. Puede volar a una
altura de hasta 3.500 metros, con una carga máxima de 246 kg, y sin tener que
repostar combustible durante 400 o 500 km, dependiendo de las circunstancias
climatológicas.
PAL-V certifica así su premura
en el mercado innovador de los coches voladores, no obstante, sus rivales
vaticinan una dura competencia en un futuro inminente. Lilium Aviation, creado
por uno de los fundadores de Skype; el proyecto de Larry Page, fundador de
Google; o los taxis voladores de Airbus, que iniciará las pruebas este mismo
año, entre otros, dejan entrever una rápida e interesante innovación en este
sector.
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