¿CUMPLEAÑOS O ENTIERROS?
Las distracciones, velocidad
excesiva…
¿Por qué cuando salimos de
marcha, lo llevamos todo atado y bien atado menos nuestra seguridad y la de los
demás?
Asistimos frecuentemente al duelo de jóvenes que han dejado su vida en
la carretera a altas horas de la madrugada. Situaciones antinaturales, de
padres desgarrados por el dolor y la tristeza, de hermanos, abuelos, familiares
que se vuelven a juntar esta vez en el dolor para dar el último adiós a ser
joven ser querido que salió de casa con la sonrisa puesta y un día cualquiera
la carretera nos los arrancó de nuestras vidas.
No, no podemos llegar a entender el dolor de
los familiares y amigos que desfilan por el tanatorio para despedir a sus seres
queridos. “¿No puedo llegar a entender lo que ha pasado?”, “Con lo buenos
chicos que eran”, “Nunca llegaremos a entender lo que ha pasado”, “Quien iba a
imaginar que un día nos tocaría a nosotros”.
Cuanto de verdad puede haber
en cada uno de los sentimientos que deambulan en una fría sala de tanatorio,
cuantos tópicos salen del corazón de amigos y familiares en este tipo de
situaciones. Alabanzas a los tristemente fallecidos, recuerdos que inundan
estos tristísimos momentos…
En la vida, estamos
acostumbrados a ver pasar la vida con naturalidad, y asistimos como
espectadores a trágicas noticias que oímos en la radio, vemos en los distintos
diarios, digitales o convencionales, e incluso vemos en la televisión, como si
de ficción se tratara cada día, o cada semana, el resultado de amasijo de chapas
y plásticos retorcidos salpicados de la sangre de las víctimas, que horas antes
ocupaban ese vehículo, repleto de vida y que tranquilamente transitaban por esa
carretera cualquiera, mientras el cinturón de seguridad, los airbags, y los
distintos dispositivos de seguridad no han sido capaces de obrar el milagro. La
temeridad o la negligencia humana, una vez más, aparecieron en esa recta o en
esa curva, que frenaron la vida de esas personas que yacían allí junto al
vehículo.
Sí, nos puede pasar a cualquiera.
Pero para intentar evitarlo cada uno tenemos que poner de nuestra parte.
CONCLUSIÓN:
Durante las últimas semanas
hemos acogido con satisfacción el nuevo Plan de Seguridad que quiere poner el
Gobierno en marcha. Espero que no se quede negro sobre blanco y actué sin
demora. La desaparición de tramos peligrosos, reducir el número de puntos
negros de nuestra red viaria, señalizar, educar, y poner todos los instrumentos
y personas para salvar vidas, es una de las mejores noticias con las que
podíamos encontrarnos a comienzo de 2017.
Pero hay algo más desde las
escuelas, institutos, grupos familiares, amigos, tenemos que concienciarnos que
la responsabilidad de todos los actores que tienen que ver en la Seguridad
Vial, conductores, peatones, educadores, políticos, marcas de automóviles,
talleres, todos somos responsables ante las pérdidas humanas que se ocasionan a
diario.
Tenemos la obligación de
respetar las normas, y lo que es más importante, respetar a nuestros semejantes,
prever o adelantarnos a los acontecimientos, por eso respetar las normas,
velocidad, importantísimo para poder controlar nuestro vehículo en caso de un
imprevisto, estar en perfecto estado físico y psíquico para ponernos delante de
un volante.
Cruzar por los lugares
indicados para la ocasión, ¿cuantos peatones mueren últimamente por no cruzar
la vía por pasos de peatones? En definitiva, creo que recriminar a nuestros
seres más queridos es mejor que llorarlos.
Seamos respetuosos y pongamos
en un aprieto a nuestros Ayuntamientos y a la Dirección General de Tráfico,
respetemos las normas, NO MAS MULTAS. SÍ MÁS VIDA.
Lo siento, pero "me gustan más
los cumpleaños que los entierros".
Dejemos que la naturaleza haga
su trabajo y nosotros el nuestro.
Familia muchas felicidades,
podemos empezar a ponernos las pilas desde ¡ya!
Pepe
Bejarano.
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