La alcaldesa de París, la
socialista Anne Hidalgo, ha presentado este domingo un nuevo plan de movilidad
urbana que incluye nuevas restricciones a los vehículos privados de motor de
combustión, la instalación de un nuevo tranvía eléctrico y el fomento del uso
de la bicicleta con infraestructuras que se construirán durante 2017, el que
será "el año de la bicicleta".
Entre las medidas estrella está la
reforma radical de la avenida Rivoli, que conecta la plaza de La Bastilla con
el Louvre, el Palacio Real y la plaza de la Concordia. Esta calle que flanquea
el Sena tendrá un carril bici de dos direcciones y cuatro kilómetros y estará
cerrada al tráfico en las inmediaciones del Louvre.
Con estas iniciativas Hidalgo busca
"reconquistar el espacio público" para los peatones, ciclistas y
otros medios de transporte no contaminantes. "El clima es la prioridad
número uno. Menos coches significan menos contaminación. 2017 será el año de la
bicicleta", ha apostillado.
El plan incluye igualmente una
aceleración del plan para duplicar la superficie de carriles bici para 2020, un
hito fundamental para lograr "la transición al transporte limpio",
que Hidalgo considera "una absoluta prioridad". "El diluvio es
inminente y no podemos esperar a ver cómo se nos lleva a todos (...). Hay
demasiados coches en París", ha argumentado la alcaldesa.
El tranvía empezará a circular a
ambos lados del Sena en septiembre de 2018 y se denominará el Tranvía Olímpico
en referencia a la candidatura parisina para albergar los Juegos Olímpicos de
2024.
Rechazo a las restricciones
Las medidas han sido muy criticadas
por asociaciones de automovilistas, pero Hidalgo sostiene que son necesarias
"por las futuras generaciones". "La peatonalización del centro
de la ciudad está comenzando (...). La idea es ir paso a paso hacia la
peatonalización del centro de la ciudad. Seguirá abierto a los vehículos de los
vecinos, la Policía, los servicios de emergencia y de reparto, pero no para los
demás", ha apostillado.
"Lo decimos claramente:
nuestro objetivo es una reducción significativa del tráfico de coches, igual
que están haciendo las ciudades más grandes del mundo. Tenemos que recordar a
la gente que cuantos menos coches, menos contaminación", ha argumentado.
El teniente de alcalde encargado de
Transporte, Christophe Najdovski, ha recordado que París está ya por detrás de
otras ciudades como Burdeos o Lyon en términos de restricciones a los motores
de combustión. Además, ha destacado el caso de Tokio, que ya ha prohibido la
circulación de vehículos diésel en el centro de la ciudad.
En los últimos 15 años, el tráfico
de coches privados ha caído en París un 30 por ciento tras la introducción de
la red de bicicletas públicas Velib y de la red de coches eléctricos de
alquiler Autolib, según datos oficiales, lo que no ha impedido picos de
contaminación durante 2016 que han desencadenado importantes restricciones.
Cuando se prohibía la circulación de las matrículas pares o impares, el
transporte público era gratuito.
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