La demanda de motores diésel parece
estar en caída libre en España donde este tipo de motores llegó a superar el
70% de las ventas en 2010. De esa espectacular superioridad en el mercado, el
año 2016 va a terminar con un reparto casi equitativo en ventas de los motores
de gasóleo respecto a los motores de gasolina.
Los efectos del 'dieselgate', los
precios cada vez más cercanos a los de la gasolina, las amenazas fiscales de
las administraciones sobre todo lo que tenga que ver con el gasóleo, las
etiquetas penalizadoras y el incipiente avance de otro tipo de motores híbridos
o eléctricos ?sin embargo todavía por debajo del 3% del total- parece que han
acabado para siempre con la supremacía comercial de las versiones diésel.
Pero el fenómeno no sólo se da en
España, en otros países de Europa como Reino Unido o Francia ocurre lo mismo y
el diésel pierde fuerza día a día. En un lustro, la demanda global de vehículos
diésel ha bajado en el viejo continente de 51 a 48%. Y eso a pesar de la nueva
generación de motores de gasóleo diseñados para cumplir con la normativa Euro 6
que, en algunas mediciones como el dióxido de carbono, son incluso más limpios
que sus homólogos de gasolina y además muchos de ellos van dotados de filtros
de partículas.
Pero de nada le ha valido lo
anterior al diésel para evitar ser ahora el 'malo de la película' tanto para
las administraciones como para los compradores que, después de largos años
fieles a sus ventajas particulares como menor coste y consumo, reniegan ahora
de él para pasarse a la gasolina. Y no es para menos pues ya se oyen voces
autorizadas para la prohibición absoluta de circulación para este tipo de
vehículos a partir de la próxima década. Incluso ya hay ayuntamientos europeos
que aplican vetos transitorios de circulación a los diésel durante los periodos
de alerta por contaminación.
También en 'renting'
La estrepitosa caída del diésel ha
afectado en primer lugar al mercado de particulares, pero no ha tardado en
contagiarse al de flotas, un cliente que hasta ahora se nutría casi al completo
de automóviles funcionando con gasóleo. Según datos de los responsables en
renting, en pocos años la demanda por su parte podría mermarse del actual 95%
al 80% para seguir cayendo en favor de coches de gasolina, híbridos e híbridos
enchufables.
La situación no deja de preocupar a
los fabricantes europeos, que apostaron en su día muy fuerte al diésel. Ahora
tendrán que adaptar sobre la marcha su producción de motores a la cambiante
demanda e invertir en optimizar aún más la tecnología diésel que ya se encareció
mucho ?unos 1.000 euros por unidad- para cumplir la norma Euro 6. Este fuerte
incremento que se traslada al precio final del automóvil ha obligado a la
mayoría de fabricantes a abandonar en sus gamas más bajas las versiones diésel
en favor de pequeños motores de gasolina.
El próximo mes de septiembre
entrará en vigor la normativa Euro 6-2, con la cual se equipararán las
emisiones de los motores de gasolina con las de los diésel. Esto, unido a que
un motor de gasóleo consume hasta un 20% menos que uno de gasolina de la misma
potencia, dejará a los diésel en mejor lugar en cuanto a su impacto
medioambiental puesto que contribuirán en menor medida al efecto invernadero. A
partir de entonces, resultará paradójico que los diésel sean condenados en el mercado
y las legislaciones en base a los 'pecados' cometidos por sus antecesores.
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