domingo, 4 de diciembre de 2016

TODOMOTOR VIAJERO

Los bosques son un ecosistema repleto de vida. De ellos dependen un 80% de los animales o vegetales que se encuentran en ellos, además del ser humano, quien lo ha necesitado a lo largo de los años para su supervivencia. Según Naciones Unidas, más de 2.000 culturas indígenas viven de ellos. Hace solo ocho mil años, estas vastas extensiones naturales ocupaban prácticamente la mitad de la tierra. Hoy, a causa de la imparable deforestación, los bosques solo cubren un tercio de la superficie del planeta.
Hoy en TODOMOTOR VIAJERO, PASEAMOS POR LOS BOSQUES DEL MUNDO:



Juegos de luz en la Selva de Tailandia

Salir de Bangkok, la capital tailandesa, y dirigirse hacia la provincia de Kanchanburi, 120 kilómetros al oeste, equivale a penetrar en un paraíso de bosques caducifolios y murmullos de agua. De los siete parques nacionales de Kanchanburi, el de Erawan es sin duda el más espectaular. El 80% de su superficie está tapizada de árboles que en otoño mudan el color de sus hojas del verde al oro. En medio de esta espesura, la cascada Erawan vuelca sus aguas en un lago esmeralda. Ardillas voladoras, monos y numerosas aves habitan este idílico rincón de Tailandia.


El bosque mágico de Broceliande

El «espejo de las hadas», la «roca de los falsos amantes» y el «árbol de oro» parecen lugares imaginarios y, sin embargo, existen en el bosque de Paimpont, más conocido como de Broceliande. La leyenda del mago Merlín reside en cada árbol, arroyo y piedra de esta área forestal de 7.000 hectáreas situada a 30 kilómetros de Rennes, en el corazón de Bretaña. El lugar lleva habitado más de 5.000 años, desde el neolítico, como demuestran los numerosos menhires dispersos por la zona. Uno de ellos ha acabado siendo considerado la tumba de Merlín, el lugar donde el hada Viviene encantó a su amado mago para que no abandonara nunca Broceliande.

Araucanía, la gran floresta chilena
La araucaria, la conífera que da nombre a toda una región en Chile, caracteriza el paisaje del Parque Nacional de Conguillío, emplazado 800 kilómetros al sur de Santiago. Una red de senderos cruza los bosques en torno al gran lago Conguillío y se acerca hasta la base del volcán Llaima, cuya última erupción fue en enero de 2008. 

Pasear entre los bambús de Sagano en Japón
Apenas media hora de tren separa la preciosa ciudad de Kioto del magnífico bosque de bambú de Sagano, en el distrito de Arashiyama. Mencionado en La historia de Genji, libro del siglo XI, este parque despliega en otoño una amplia gama de colores que convierten en una delicia pasear a pie o en bicicleta entre bambús de 50 especies y hasta 20 metros de altura. 


Parque Nacional de los lagos de Plitvice, Croacia
Visto desde el aire, el Parque Nacional de Plitvice muestra claramente cómo el bosque llega hasta el mismo borde de las cascadas y lagos que lo conforman. Esta invasión vegetal es una agradable evidencia a lo largo del paseo que sube desde la entrada sur hasta la norte o durante el recorrido en barca por el lago Kozjak. Su peculiaridad reside en la variedad de árboles y colores: el inmutable verde de los pinos y abetos se mezcla en otoño con las hojas de las hayas, primero doradas y luego inflamadas de rojo.


Ruta por la Selva Negra alemana
Cerca de 6.000 kilómetros cuadrados de abetales se extienden entre las ciudades de Friburgo y Basilea, en el estado de Baden-Wurtemberg. Es la Selva Negra, cuyo nombre no hace honor a la variedad cromática que la cubre a lo largo de todo el año: del verde intenso veraniego a los ocres otoñales y al blanco del invierno. El sur alberga los paisajes más cálidos de Alemania, además de una naturaleza casi intacta de colinas y bosques que dan paso a prados y cultivos en torno a monasterios, granjas y pueblos; en las tierras bajas aparecen las ciudades de comerciantes, emplazadas a orillas de los grandes ríos navegables. 


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