El Ayuntamiento de Barcelona
prohibirá la circulación por la ciudad de los vehículos más contaminantes a
partir de 2020. La medida se enmarca dentro de un Plan de 58 medidas contra la
contaminación atmosférica que ha dado a conocer el consistorio barcelonés.
El documento elaborado por el
Gobierno que dirige Ada Colau, no obstante, no especifica aún cuáles son los
vehículos que se verán afectados - y por ende el número de implicados -, puesto
que los detalles serán concretados durante el primer semestre de 2017, tal y
como ha anunciado la teniente de alcalde de Urbanismo, Ecología y Movilidad del
Ayuntamiento, Janet Sanz.
Si bien la previsión del
Ayuntamiento es que la restricción se aplique sobre aquellos vehículos que no
dispongan de la etiqueta de la la Dirección General de Tráfico (DGT) que
acredita el impacto ambiental de sus emisiones, es decir, los gasolina
matriculados antes del 2000 y los diésel anteriores a 2006. De acuerdo con las
cifras ofrecidas por El Periódico, se traduciría en 900.000 vehículos de los
2,4 millones censados en la provincia de Barcelona.
Asimismo, a fin de fomentar la
retirada de los coches más nocivos para el medioambiente, el Gobierno regalará
un año de abono transporte y de Bicing -servicio de alquiler de bicicletas- a
cada propietario que retire del parqué uno de estos vehículos. Esta iniciativa
también se desarrollará en profundidad en 2017, al igual que otras como las "iniciativas
de fiscalidad ambiental". De igual forma se baraja regular el
estacionamiento en la calles con tarifas proporcionales al grado de
contaminación del coche e, incluso, impedir que se aparque en los casos más
graves.
Un punto que sí está claro y que ha
querido resaltar Janet Sanz es que "Barcelona no es Madrid, aquí no hay
episodios de contaminación por picos; aquí los problemas son estructurales y
precisan soluciones estructurales", ha asegurado. La Ciudad Condal apenas
tiene entre ninguno y tres días de preaviso por contaminación, por lo que
"la necesidad de mejorar la situación en el día a día" es clave más
aún cuando el informe de 2015 de la Agencia de Salud Pública reflejó un
incremento del 11% de dióxido de carbono, un 13% la de partículas PM10, y un
16% otros contaminantes críticos como las partículas más finas.
Por otra parte, a diferencia del
Plan contra la contaminación del aire presentado a principios de este mes por
el Ayuntamiento de Madrid, la limitación al tráfico se basará en el nivel de contaminación
de los vehículos y no en la condición de los conductores. Cabe recordar que la
estrategia diseñada por el equipo que dirige la alcaldesa madrileña, Manuela
Carmena, apuesta por la creación de un Área de Prioridad Residencial (APR) en
el Centro. De esta forma buscan "un reparto del espacio de aparcamiento en
superficie exclusivamente para residentes y usos dotacionales, garantizando el
acceso de los vehículos de no residentes a los aparcamientos de uso público en
el interior del área".
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