La
inteligencia artificial enfrenta a la industria automovilística y la
tecnológica
La
inteligencia artificial, que está de moda en el sector tecnológico, llega al la
industria automovilística. Ambos sectores se enzarzan en una guerra por el
talento en inteligencia artificial, ya que cada compañía intenta reclutar a las
mejores mentes del mercado.
¿Qué tienen en común la
inteligencia artificial con el sector automovilístico? Hasta hace unos años,
hacer esta pregunta no tendría mucho sentido. Pero en la época que tenemos la
suerte de vivir, tiene numerosas implicaciones. La tecnología lo esta
invadiendo todo y el coche no iba a ser una excepción.
En el último año y medio,
hemos visto cómo el sector del transporte personal y la industria tecnológica
se enzarzaban en una guerra por el talento en inteligencia artificial. Mucho
antes de que lleguen los productos al mercado, es lógico ver cómo cada compañía
intenta reclutar a las mejores mentes. Sin embargo, hay mucho más detrás de
este conflicto entre ambas industrias.
Luchando por las mejores
mentes en inteligencia artificial
La inteligencia artificial
hace tiempo que está de moda en el sector tecnológico. Google es quien
probablemente esté más adelantada del rebaño. Su modelo de negocio lleva años
integrando procesos de machine learning en sus productos y el año pasado
contrataron a Geoffrey Hinton, una de las mentes más brillantes sobre la
materia.
"Queremos llevar a la
inteligencia artificial a nuevos y maravillosos lugares, donde ninguna persona,
ningún estudiante ni ningún programa han estado jamás"
Geoffrey Hinton.
Como sabemos, la
inteligencia artificial jugará un papel primordial en los vehículos autónomos
de Google, además de en otras partes de su negocio. Pero la compañía del
buscador no está sola. Según Reuters, Apple tiene en mente contratar hasta 86
personas para incrementar sus efectivos en inteligencia artificial.
Estas contrataciones parece
que van orientadas a mejorar su sistema de proactividad frente a las
necesidades del usuario. Una descripción de trabajo no está escrita en piedra.
Como en el caso de Google y con los fuertes rumores del coche eléctrico de
Apple, no es descabellado pensar que estas contrataciones estarían relacionadas
con Project Titan.
Uber acabó llegando a un
acuerdo con la universidad para evitar una demanda
Quizás el caso más
rocambolesco es el de Uber y los investigadores del departamento de
inteligencia artificial de Carnegie Mellon. Alrededor de cuarenta trabajadores,
incluyendo a la mayoría de los mandos medios y el director del centro de la
universidad, han dado el salto a la startup. Dejando un departamento diezmado.
Las razones de la
adquisición de talento por parte de Uber son bastante más claras. De
desarrollar un coche autónomo por completo, ya no necesitarían a sus
conductores. De esta forma eliminarían de un plumazo sus numerosos quebraderos
de cabeza. Un coche autónomo no reclamaría derechos ni obligaciones,
simplemente se limitaría a conducir el coche.
Por último, tenemos a
Toyota. Hace unos días que supimos por Bloomberg que la empresa japonesa había
contratado a la 'cabeza pensante' del equipo de ingeniería de inteligencia
artificial del ejército estadounidense. Su intención es incorporar en sus
vehículos sistemas de seguridad que le permitan reducir el número de accidentes
y muertes en la carretera. La seguridad siempre ha sido una parte fundamental
del valor de un coche, por lo que el fabricante japonés diferenciar mejor sus
propuestas de las de la competencia.
CarPlay y Android Auto se
interponen entre el fabricante y el usuario
Con el aumento de la
importancia y capacidades del smartphone, era cuestión de tiempo que los
usuarios quisiéramos disfrutar de cierta integración en nuestros coches. Para
quien no esté al tanto, Android Auto y CarPlay son dos sistemas que permiten
operar los móviles de sus respectivas plataformas desde un coche. Pero para
ello, requieren cierto tipo de instalación ya sea de serie o mediante
soluciones after-market.
La tecnología de
entretenimiento nunca ha sido el punto fuerte de los fabricantes de
automóviles. Dejándola en manos de Google y Apple, pueden dedicar sus esfuerzos
y recursos en mejorar sus propuestas desde otros puntos de vista. Sobre el
papel, parece una buena idea. Pero encierra un gran riesgo.
La historia tecnológica nos
ha demostrado muchas veces que quien se posiciona más cerca del usuario, es el
que gana. Si los fabricantes dejaran que sistemas como Android Auto y CarPlay
acapararan toda la atención de sus clientes, ellos quedarían relegados a un
simple fabricante de un producto commodity. En ese caso, la diferencia entre un
Ford Focus y un Seat León se vería reducida de cara al usuario. A nadie le
gusta convertirse en un "commodity"
Se trata del mismo escenario
que están viviendo los fabricantes de Android. Todos ellos montan un sistema
operativo común, con servicios de Google comunes y la posibilidad de ejecutar
apps idénticas. Los fabricantes de smartphone intentan diferenciarse entre sí
con sus capas de personalización, pero a costa de la experiencia de usuario.
Desde este punto de vista,
es comprensible que los fabricantes de automóviles acepten a regañadientes lo
que les ofrecen Apple y Google. Y esto no hace más que añadir leña al fuego.
La lucha por los mapas
Durante todo este año 2015
hemos asistido al baile en torno a Nokia HERE, los mapas de la vieja gloria de
la telefonía móvil que fueron puestos a la venta por la compañía finlandesa.
Finalmente, todo este sistema cartográfico fue adquirido por BMW, Mercedes y
Audi a comienzos del pasado agosto. El objetivo de los fabricantes era obvio:
tener una alternativa a los mapas de Google y Apple. Empezar una solución de
mapas desde cero es muy complicado; es más sencillo adquirir una.
Otra vez vemos cómo algunas
marcas de coches quieren distanciarse lo máximo posible de los gigantes
tecnológicos. Tener una solución de mapas propia les da una independencia muy
importante, que de nuevo puede integrarse en un hipotético sistema de
entretenimiento propio.
Pero los mapas de Nokia HERE
tienen una particularidad muy interesante. A finales del año pasado antes de
que la división fuera puesta a la venta, los finlandeses dieron a conocer su
siguiente generación de mapas: Nokia HERE HD. El objetivo de estos nuevos mapas
estaba puesto en el coche autónomo y en las necesidades de tener un mapa mucho
más detallado.
Por lo que volvemos de nuevo
al punto de partida. Inteligencia artificial. Sistemas de entretenimiento.
Mapas más complejos. El escenario perfecto en el que era inevitable un
enfrentamiento entre la industria del automóvil y la tecnológica.
La carrera de armamento
tecnológico
¿Están los fabricantes a
tiempo de ponerse al día en la carrera por el "armamento"
tecnológico?
Con todo esto, está claro
que estamos ante uno de los momentos más trascendentales de la historia de la
industria del automóvil. La amenaza de ver sus marcas diluidas dentro de un
sistema operativo "extraño" que se ponga delante del usuario es
percibida por los fabricantes como muy real. Pero, ¿se lo están tomando en
serio?
Si tomamos el ejemplo de
Toyota que veíamos al principio, la compañía está invirtiendo 50 millones de
dólares en la investigación de tecnología relacionada con inteligencia
artificial y el coche autónomo. Durante todo el año fiscal de 2014, dedicaron
un total de 9.100 millones de dólares. Es decir, alrededor de un 0,5% de su
presupuesto total, una cifra que parece diminuta.
Como es lógico, las
compañías no van a divulgar con detalle cuánto dedican a la investigación y
desarrollo de estas nuevas tecnologías. Pero el anuncio de Toyota nos ayuda a
hacernos una idea. Sin embargo, los fabricantes de coches han estado
tradicionalmente entre las empresas que más presupuesto dedican a I+D, muy por
encima de gigantes como Apple, no tanto de Google (Samsung figura en el segundo
puesto, pero se trata de un conglomerado con muchos más negocios).
Más curioso es el pico de
inversión en I+D de Apple que vieron nuestros compañeros de Applesfera hace
unos meses. Justo después del periodo de inversión del Apple Watch, tenemos un
incremento enorme en muy poco tiempo que podría deberse al Project Titan de
Apple (la gráfica expresa el cambio de inversión año a año).
Aunque la cantidad total de
inversión en I+D y sus posibles fluctuaciones pueden darnos pistas, la realidad
es que, sin cifras oficiales, es muy difícil asignarle una cantidad a la
inteligencia artificial. También es importante tener en cuenta que la cantidad
no asegura la calidad de esa investigación ni su éxito en el mercado.
En cualquier caso, los
próximos años se espera que sean movidos en este sector. La guerra por el
talento y el aseguramiento de otras tecnologías no han hecho más que comenzar.
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