Citroën sigue reinventándose. Puso la primera
piedra de su nueva época con el C4 Cactus en 2014 y ahora da otro paso con la tercera generación del C3, un
coche que nació en 2002 y del que desde entonces ha comercializado 3,5 millones
de unidades. El coche se aleja de los monovolumen por formas y proporciones
para jugar en la liga de los turismos, en
este caso de los utilitarios en el entorno de los cuatro metros de longitud (le
falta un centímetro).
El estilo bebe claramente en las líneas que estrenó el C4 Cactus,
como demuestran los 'airbumps' que
protegen los laterales de la carrocería y ahora son más afinados; o el frontal con un
doble plano muy marcado. La imagen general es más desenfadada y ligera, sobre
todo por los colores escogidos y las casi 40
combinaciones que salen de 'agitar' las nueve tonalidades para la
carrocería con las tres que se ofrecen para el techo.
Accedemos al habitáculo, nada recargado
a la vista, y mucho nos suena a conocido:
los grandes y apetecibles butacones, la plancha horizontal que recorre el
salpicadero, los tiradores de las puertas de estilo asa o la pantalla multifuncióntáctil de
siete pulgadas. Los ajustes y materiales menos a la vista están a la altura del
segmento y de los precios de estos modelos, pero gusta ver que se aprendió de
los errores del C4 Cactus. Las ventanas
posteriores son normales, no de compás, y la banqueta posterior se puede
abatir
A pesar de que la altura se ha reducido
en cuatro centímetros, hay que ser de talla XXL para dar con la cabeza en el
techo. Y si quien se sienta delante mantiene el asiento en una posición
razonable, también hay hueco suficiente para las piernas de quien se coloca a
su espalda. Obviamente, detrás tres
adultos son multitud.
En capacidad para equipajes se mantienen
las excelentes cotas del anterior C3, pues los 300
litros son de lo mejor que se encuentra en estos tamaños. Por
cuestiones de seguridad estructural es difícil de resolver, pero desagrada el
escalón que hay que superar para colocar los bultos. Bajo el suelo, encontramos kit antipinchazos. Para
contar con rueda de galleta o de repuesto hay que pagar (120 euros).
Gracias a las regulaciones de volante y
asiento, es fácil encontrar la posición de
conducción preferida. La instrumentación (con relojes clásicos la principal) es
clara y completa, todo queda a mano, la pantalla multifunción ahorra
muchos botones y tenemos suficientes huecos para dejar objetos. Algunos tan
grandes como la guantera principal,
de 6,5 litros de capacidad.
El nuevo C3
no estrena plataforma, sino que recurre a una adaptación de la que se
usaba antes. También son conocidos los motores, más numerosos los de gasolina
(68,82 y 110 caballos) visto que los de gasóleo (75 y 100 caballos) están en
una lenta pero segura retirada en modelos de este tamaño. Pero se trata de
bloques bastante modernos, por ejemplo de 1,2 litros y tres cilindros los de
gasolina. Elcambio es siempre manual de
cinco velocidades, salvo el modelo de gasolina más potente que, como opción,
puede llevar uno automático de seis. Automático de verdad, no el desafinado e
incómodo manual robotizado. Salvo los gasolina más pequeños, todos los demás
motores viene con sistema de parada y
arranque automáticos.
No se necesita más potencia
No necesitamos muchos más caballos
porque es un automóvil relativamente ligero (entre 976 y 1.090 kilos) y porque sobran para
el uso urbano y alrededores. Si nos vamos a desplazar por carreteras
convencionales y queremos poder mantener un ritmo rápido, nuestra recomendación
es optar a las variantes más potentes con cada combustible. El consumo medio varía entre 3,2 y 4,7 litros según
las homologaciones oficiales. Sin embargo, Citroën ha realizado sus propias
mediciones en condiciones de uso real y, por ejemplo, el c3 Puretech 82 gasta seis litros;
el diésel de 75 caballos, 4,9 litros; y el gasolina con 110 caballos y cambio
automático, 6,8 litros.
Justo esa variante es la que pudimos
probar en una larga toma de contacto. Si hay que definirla en una palabra,
agradable es la adecuada. Vibra un poco al ralentí y el Start&Stop es brusco al
volver a arrancar, pero empuja de forma muy progresiva y la transmisión es
especialmente suave. Se puede cambiar de marcha en modo manual secuencial, pero
sólo a través de la palanca. Las suspensiones
están muy enfocadas al confort.
A altas velocidades sobre autovías o
carreteras de amplio trazado y buen firmeaíslan
perfectamente el interior. Si nos vamos al extremo opuesto, mal
trazado y mal firme, hay que bajar el ritmo porque los balanceos surgen pronto.
En ciudad, la valoración también es
alta, aunque no deja de tener ese sello Citroën que da unacierta libertad de movimientos a
la carrocería. Los asientos, por cierto, nos parecieron muy buenos después de
cerca de tres horas de ruta.
Equipamiento Tecnológico
Decíamos que Citroën se está
reinventando y, por ejemplo, sigue poniendo a punto distintos sistemas que
resuciten el proverbial confort que la hizo famosa décadas atrás. Que tarden si
en el camino llegan a un coche tantas ayudas
y sistemas como los que recibe el nuevo C3. La mayoría son
conocidos y la mayoría, de serie como ocurre con el asistente de arranque en
pendiente, el control de presión de
neumáticos, la alerta de cambio involuntario de carril, el lector de señales,
el aviso de cansancio en el conductor o el que advierte de vehículos en el
ángulo muerto.
Luego, según acabados se añaden otros
elementos de confort o conectividad, como el sistema
Mirror Screen que permite replicar un Smartphone en la pantalla
multifunción, el Connect Box con
el que tenemos teleasistencia, la cámara de visión trasera o la navegación
conectada a distintos servicios. Pero la palma se la lleva la ConnectedCAM, una
primicia mundial
Se trata de una cámara
HD colocada debajo del espejo retrovisor del interior, junto al
parabrisas y que trabaja con un objetivo gran angular (120 grados). Puede
grabar tanto imágenes fijas como vídeos de
unos 20 segundos hasta llenar una capacidad de 16 GB.
Se puede enlazar con una app
gratuita que instalamos en nuestro teléfono y, gracias a ello,
compartir todo lo que fotografiemos o grabemos.
ConnectedCAM:
vista desde el nuevo Citroën C3
La mayoría serán por mero ocio, pero
también se ha previsto su utilidad en caso deaccidente.
En ese caso, la grabación se activa de
forma automática y permite, además de recuperar los 30 segundos previos, añadir
otro minuto más. Puede ser una interesante medida de cara al seguro del coche,
ya que también permite geolocalizar el
vehículo, aunque en Citroën señalan que ni la han desarrollado por este motivo,
ni se lo han planteado a las aseguradoras.
Este invento no viene de serie en ningún
C3 y según la terminación, obliga a pagarentre
300 y 500 euros. Tampoco los airbumps salen gratis, salvo en el
acabado Shine. Para el básico (Live) no están disponibles y para el intermedio
(Feel) solo aparecen dentro de un paquete que cuesta 1.650 euros e incluye
navegador, climatizador, llantas de 16 pulgadas y la pantalla táctil.
Los precios, ya descontada la campaña de
lanzamiento, oscilan entre 11.750 euros
(PureTech 68 Live) y 18.450 euros (HDi 100 Shine).
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