“El juicio es el próximo jueves”
anuncia Valentina Albanese antes de colgar el teléfono. Es viernes y con esta llamada, esta abogada
penalista cierra su semana laboral. Desde ese momento hasta el domingo por la
tarde Valentina deja la toga de lado y viste el mono de carreras para
convertirse en piloto: “Soy abogada de profesión, pero los coches de carrera
son mi gran pasión”, afirma.
Acompañamos a la piloto al circuito
de Vallelunga, a las afueras de Roma, donde se celebra una de las carreras del
campeonato. Nada más llegar, Valentina se reúne con sus mecánicos para revisar
su SEAT León Cup Racer, marca con la que corre desde 2005 y con la que ganó el
Campeonato Italiano Endurance en 2015: “Tiene un motor muy potente y cuando lo
conduces te das cuenta que estás, realmente, llevando un coche ganador. Es el
mejor coche con el que he corrido nunca”, sentencia.
Su vida se divide en dos grandes
pasiones: la abogacía y la velocidad. Aunque a primera vista puedan parecer dos
mundos antagónicos, para Albanese son muchas las semejanzas: “La sensación es
muy similar cuando llegas a casa después de un fin de semana en el que has
ganado una carrera y cuando lo haces, después de una jornada en el tribunal,
donde has ganado un proceso”.
Guantes, casco y lista para apretar
el gas: “Cada vez que subo al coche siento una emoción enorme”, comenta antes
de lanzarse a la pista a por otro éxito.
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