“El juicio es el próximo jueves”
anuncia Valentina Albanese antes de colgar el teléfono. Es viernes y con esta llamada, esta abogada
penalista cierra su semana laboral. Desde ese momento hasta el domingo por la
tarde Valentina deja la toga de lado y viste el mono de carreras para
convertirse en piloto: “Soy abogada de profesión, pero los coches de carrera
son mi gran pasión”, afirma.