Aunque en la
Dirección General de Tráfico (DGT) dicen que aún no hay nada en firme sobre
cómo serán los próximos exámenes para obtener el permiso de conducir, –su
directora, María Seguí–, lleva algunos meses lanzando globos sonda sobre los
posibles cambios. Unos exámenes que ya fueron modificados, no hace tanto, en
2013.
Una de las
iniciativas que se está barajando en la DGT es la incorporación, a partir del
próximo año, de vídeos en los exámenes teóricos donde se recogerán distintas
situaciones que se presentan en la circulación en el mundo real (carretera con
niebla, túnel no iluminado, etc) para que los candidatos identifiquen los
posibles riesgos y situaciones de peligro.
La idea que, a
priori, parece que pretende dar una mayor primacía a la formación práctica de
los alumnos frente a la memorización de los test que hacen la mayoría, y cuenta
con el beneplácito de las autoescuelas y de las agrupaciones de automovilistas,
tiene sus peros.
Test
En primer lugar, las
cosas puede complicarse para los candidatos, porque según dicen en RACE (Real
Automóvil Club de España), “una cosa son los exámenes escritos, donde existen
menos posibilidades de respuestas; y otra, las pruebas con vídeos, donde el
volumen de preguntas se disparará hasta el infinito”, comentan en RACE.
Cómo vencer el miedo
a conducir
Ya en 2013, DGT
amplió la base de datos de las preguntas de los exámenes hasta las 16.000 con
el objetivo de evitar la memorización de los candidatos y conseguir exámenes
más personalizados.
Además, antes de nada
habrá que dotar a todos los centro de exámenes del equipamiento informático
necesario para que esta iniciativa se ponga en marcha”, explica José Miguel
Báez Calvo, presidente de CNAE (Confederación Nacional de Autoescuelas).
Actualmente solo las
jefaturas de tráfico de las capitales de provincia cuentan con pantallas
táctiles para poder llevar a cabo esta iniciativa. “Entre 60 o 70 centros aún
no están preparados”, añade Báez.
Cómo serán los exámenes de conducir
Para Luis Fernando
Fernández, director de Fosmaster (asociación de profesionales de empresas en
logística, transporte y seguridad Vial), “la idea es muy buena”, pero para eso,
también habrá que esperar a que todas las autoescuelas españolas hayan
incorporado las nuevas tecnologías en sus aulas, “porque muchas siguen haciendo
los test en papel”.
Y, si se van a
introducir nuevos casos, será imprescindible reciclar a todo el profesorado de
las autoescuelas y tendrán que desarrollarse nuevos temarios, dice Fernández.
Aparcamiento
Aunque en la DGT
aseguran que suprimir la prueba de aparcamiento de los exámenes “es un
futurible”, la DGT está valorando reformar la normativa para que sea posible
que los conductores que vayan a pilotar coches dotados de un sistema de
aparcamiento asistido (denominado ADAS), puedan evitar aparcar en las pruebas.
Este sistema, automatizado, permite hacer la maniobra sin que intervenga el
conductor.
En una reciente
instrucción, la DGT apunta a que el aspirante puedan obtener un permiso
restringido, como ocurre con los vehículos automáticos, apto para la conducción
de este tipo de coches.
Esta medida no ha
caído muy bien en el sector. A juicio de Fernández, los exámenes tienen que se
globales para todo el mundo. No se puede seccionar. El aparcamiento es uno de
los requisitos mínimos de examen como la glorieta, la rampa, la incorporación a
la circulación, el ceda el paso o el stop. ¿Qué ocurre si se estropea el
sistema de estacionamiento asistido?
Entonces el conductor
tendrá que aparcar como todo el mundo. Báez utiliza el mismo argumento. “Los
conductores tendrán siempre que tener la formación”, pese a las nuevas
tecnologías. Además los exámenes están sometidos a las directivas europeas y
eso lo saben en la DGT.
Controlar a los
conductores noveles tras sacar el permiso y elaborar un ranking de autoescuelas
basado en la siniestralidad de los alumnos durante el primer año, es una de las
medidas que más oposición ha encontrado entre los centros de enseñanza y
también los clubs de automovilistas.
Control de noveles
“No se puede ligar la
siniestralidad a las autoescuelas”, dicen en RACE. En los accidente de tráfico
intervienen muchos elementos como el coche, la carretera, el tipo de conductor
y las condiciones del tiempo.
“La responsabilidad
última –quién otorga el aprobado de aptitud– es Tráfico”, aclara Báez. Para
llevar a cabo ese control “habría que mirar en caso por caso de quién es la
culpa de accidente”, porque pueden dar al conductor novel por detrás o ha
podido saltarse un stop, y en eso no tiene la culpa la autoescuela.
“En España, el alumno
decide cuando se presenta al examen, la autoescuela no decide”, alega
Fernández, para mostrar el desacuerdo con la medida. No existe un número
obligatorio de clases teóricas y prácticas , como en otros muchos países
europeos, donde está más arraiga la formación en seguridad vial en las aulas y
en las empresas.
Entonces, “también
habría que introducir en el ranking quién ha sido el examinador y la jefatura
de Tráfico a la que pertenece”. añade.
Además no hay que
olvidar que precisamente el primer año de carné no es la etapa más conflictiva
de los conductores. Los siniestros suelen ser más frecuentes a partir del
segundo año, cuando han cogido más confianza al volante, según un informe de
Unespa.
En España, los
jóvenes no valoran de forma positiva la formación de las autoescuelas. Un
estudio del Observatorio Español de Conductores-Ducit, de RACE, revela que más
del 30% de ellos no están satisfechos con el equipamiento y los medios de la
autoescuela, con los coches que utilizan para las prácticas y tampoco con los
contenidos teóricos y la formación practica.
El estudio también
recoge, que uno de cada dos jóvenes de entre 18 y 29 años, ya con el carné en
el bolsillo, reconoce que la formación recibida solo ha servido para aprobar el
examen no para sentirse seguros al volantes. Los expertos recuerdan que la
inseguridad en el vehículo es una de los principales factores de riesgo para
sufrir un accidente.
Simulador de vuelco y
gafas que ven los efectos del alcohol
RACE y Red Bull
acaban de poner en marcha la primera Academia de Formación Vial. La marca de
bebidas, patrocinadora de la Fórmula 1 o Moto GP y muy cerca de los jóvenes,
apuesta por la educación. El centro (Drivers Academy Race-Red Bull), ubicado en
el Circuito del Jarama-Race (Madrid), que cuenta con 300 metros cuadrados de
superficie, se apoya principalmente en la interactividad de los alumnos, que
aprenden los riesgos de la conducción en vivo y en directo usando las nuevas
tecnologías. Coches volcados, con el alumno dentro;gafas que reproducen los
reflejos que tienen los conductores cuando han bebido alcohol o consumido
drogas y zona de neumáticos, con superficies mojadas son solo algunos de los
simuladores de los que se sirve este curso, para formar en la primera etapa. Su
precio es de 150 euros.
Fuente: Cincodias.com/PALOMA GARCÍA MORENO
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