General Motors ha encontrado
la forma de que sus vehículos suenen de una forma más agradable al oído humano
de lo que en realidad lo hacen sus partes mecánicas. Esto no se consigue
únicamente reduciendo los ruidos en el interior sino también creando
artificialmente nuevos sonidos.
Según comenta Kara Gordon,
responsable del entorno acústico de los vehículos de GM, en los últimos años se
han ido reduciendo el número de revoluciones por minuto a las que operan los
motores para disminuir el consumo de carburante. En los años 90, un motor de 4c
funcionaba a unas 3.400 RPM mientras que hoy lo hace a menos de 2.000.
A medida que se reduce la
velocidad a la que rota el árbol motor, la frecuencia del sonido que hace
también disminuye y llega un punto en el que empieza a hacer unos sonidos que a
la gente le resultan desagradables. Parece que el coche esté roto. Así que
durante mucho tiempo los fabricantes tuvieron que mantener el número de RPM por
encima de un cierto umbral, aún a costa de disminuir su eficiencia energética,
para mantener contentos a los clientes.
Cancelaciónj activa de
ruidoSin embargo GM ha dado con la solución a este problema implementando
cancelación activa de ruido, la misma tecnología que se utiliza en algunos
auriculares de gama alta para silenciar el ruido del ambiente.
Los altavoces emiten un
sonido opuesto al de los sonidos desagradables que hace el motor de forma que
las ondas de sonido de ambas fuentes se cancelan en el interior del vehículo,
consiguiendo así una conducción más silenciosa y menos contaminante.
Este no es el único ejemplo.
Algunos sonidos en el coche son completamente artificiales. Por ejemplo, el
sonido que hacen los intermitentes cuando están encendidos estaba producido en
su día por el proceso mecánico que encendía y apagaba la luz. Pero ese mecanismo
ha sido sustituido hace tiempo por un circuito electrónico que actúa
silenciosamente. Sin embargo, todavía se escucha ese sonido gracias a un
fichero MP3 que el coche reproduce a través de los altavoces cuando activamos
los intermitentes.
Estas cuestiones son todavía
más importantes en el caso de los coches eléctricos, que prácticamente son
silenciosos. El ruido del motor de un coche es un aviso de vital importancia
para los peatones de que se aproxima un coche, especialmente para aquellos con
problemas de visión. “Los coches del futuro tendrán que hacer algún tipo de
ruido, aunque por ahora no se sabe cuál será,” indica Gordon.
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