Con
una carga de trabajo asegurada hasta 2017 o 2018, las fábricas de coches
españolas tienen garantizado su futuro a medio plazo. Sin embargo, la
materialización de estas perspectivas a más tiempo, en una situación tan
complicada como la española, pasa por realizar una serie de adaptaciones
presentadas hace unos días por PwC.
Según señaló el responsable de Automoción de PwC, la
industria del automóvil debe afrontar cinco retos si quiere garantizar su
permanencia en España a largo plazo. En opinión de este experto, el coste de la
logística, la productividad y la competitividad de las factorías, la
innovación, la fiscalidad y la vertebración del sector son imprescindibles para
que los fabricantes que a día de hoy han querido instalarse en España decidan
seguir confiando en nosotros.
Como siempre que escribo sobre estos temas, no me canso
de repetir que la automoción (en su vertiente industrial, y en su vertiente
comercial) es uno de los sectores que mayor peso tiene en términos de PIB. Eso
implica que este tipo de industria es estratégica y fundamental para el
correcto funcionamiento de nuestra economía.
Respecto a la logística poco voy a decir. En principio,
el informe afirma que los costes se deben reducir por el carácter eminentemente
exportador de nuestras factorías. Además, la legislación también impide una
mejora en estos temas. Algo que los políticos deberían hacérselo mirar ya que
una gran parte de los problemas económicos que sufrimos son causados por un
Estado hipertrofiado e irracional, que disfruta poniendo trabas a la actividad
económica, y esquilmando el producto de dicha actividad.
En referencia al tan manido tema de la productividad y la
flexibilidad laboral, los técnicos de PwC parecen olvidar que el sector ya es
mucho más flexible y productivo que en cualquier otro país europeo. Por mucho
que aseguren que España no debería ser un país de bajo coste, parece que lo que
pretenden es inspirarse en modelos como el de Bangladesh o el de China, en
donde se trabaja 16 horas diarias, sin fines de semana ni vacaciones, por un
sueldo de miseria. De hecho, en un gráfico publicado por Expansión, podemos ver
que el coste de la mano de obra de la industria española es mucho más bajo que
el de baluartes europeos como Alemania, Francia o Italia, y está muy cerca
—aunque algo por encima— de los costes de Gran Bretaña.
Coste de la mano de obra en fabricación de automóviles –
Foto: Diario Expansión
Además, de nada serviría presionar sobre las plantillas
para que sean más productivas y flexibles si luego no hay demanda. Al final, de
lo que se trata, es de vender automóviles. Si fabricamos vehículos muy baratos
para que se pudran en las campas o en los concesionarios, habremos hecho un pan
como unas tortas.
En cuanto a la innovación, a pesar de que somos un país
que no premia ni motiva ningún tipo de actividad de I+D+i, en lo que se refiere
al sector automotriz no estamos mal del todo. De hecho, se destaca la
importante labor que está haciendo la industria de componentes en referencia a
estas cuestiones. Un negocio muy importante y que solo puede funcionar si sus
clientes principales, los fabricantes, se mantienen en España. Cuando una marca
decide instalarse en nuestro país, no sólo lo hace él, sino que su iniciativa
atrae a un importante grupo de proveedores, operadores logísticos y otros
muchos tipos de industrias accesorias. Por eso es importante que se profundice
en la labor que ya se está llevando a cabo, y que se destierre esa frase tan
siniestra que siempre nos ha caracterizado: “¡que inventen ellos!”
Profundizando más en uno de los argumentos que ya he
expresado en párrafos anteriores, la Administración Pública debe convertirse en
motor dinamizador de la economía, y no en rémora elefantiásica que trata de
parasitar, cuando no de fagocitar directamente, cualquier iniciativa
empresarial. El Gobierno tiene que ser capaz de demoler sus ineficientes
estructuras para convertirnos en una nación que no esté permanentemente
condenada al fracaso. Y de momento, ni los de ahora ni los de antes, han hecho
nada para que esto cambie.
Por eso es necesario que se modifique profundamente la
fiscalidad del sector, que es uno de los más gravados por impuestos. Si
partimos de que España, a pesar de estar inmersos en una de las peores crisis
que se recuerdan, con una Administración Pública inoperante, que no fomenta la
innovación y que trata de arrasar con impuestos y leyes absurdas cualquier
actividad económica o comercial, es una gran potencia europea en lo que a
fabricación de coches se refiere, ¿cómo seríamos si tuviésemos unos pilares
burocráticos más racionales y sólidos?
Wanderer 75
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