Los problemas más comunes se dan en la dirección y en los
sistemas de amortiguación y frenada del coche. Los neumáticos también caducan y
deben ser cambiados cada cinco años o al haber rodado 50.000 km. Ante la
llegada del verano y de desplazamientos largos se recomienda hacer una buena
revisión de los neumáticos.
Entorno a un 40% de las
visitas que realiza un coche a un taller
se debe a averías y problemas generados a partir de un mal estado de los
neumáticos, según afirma el Grupo Red Europea, empresa especializada en seguros
y garantías mecánicas para todo tipo de vehículos motorizados.
Una cifra que,
según añaden, podría haberse incrementado en los últimos años debido a que la
situación económica está provocando que muchos usuarios pospongan las visitas a
los talleres para las revisiones rutinarias.
La falta o exceso de presión en las ruedas, el desgaste
excesivo de los dibujos de los neumáticos o un mal equilibrado de las ruedas
son sólo algunos aspectos que los conductores no suelen tener en cuenta pero
que pueden acarrear importantes averías en los sistemas de dirección,
amortiguación o de freno del vehículo.
No revisar la presión de los neumáticos suele ser una
pauta muy habitual entre los usuarios y, sin embargo, conlleva problemas en el
sistema de dirección del vehículo. El Grupo Red Europea señala que esta
incidencia técnica es fácilmente detectable porque el conductor nota cierta
dificultad para girar el volante en las maniobras como aparcar el vehículo. Si
por el contrario la sensación es que el volante vibra a velocidades de más de
80 km/h, el coche tiene mal equilibradas las ruedas y a largo plazo producir
fallos en la dirección del vehículo.
La mala presión en las ruedas no sólo disminuye
considerablemente la adherencia de las ruedas al asfalto sino que podría
estropear todos aquellos sistemas electrónicos de adherencia como el ABS o ESP,
entre otros. Por eso es conveniente que aprovechemos las paradas o el
estacionamiento en gasolineras o estaciones de servicios para verificar la
presión de los neumáticos. Además esta verificación debe llevarse a cabo
obligatoriamente cuando vamos a realiza un trayecto largo o cuando hayamos
cargado el vehículo.
Circular con los neumáticos en mal estado también afecta
a los elementos de suspensión como las rótulas, silembloc del trapecio y los
amortiguadores. Incluso un mal equilibrado y alineación de los neumáticos puede
llegar a producir la deformación de los disco de freno poniendo en riesgo la
seguridad del conductor y de los pasajeros.
“Los neumáticos deben cambiarse alrededor de los 50.000
kilómetros si hacemos una circulamos más por carreteras y autopistas que por
ciudad y que conlleva una conducción más rápida y a los 40.000 km. sin sólo
conducimos por ciudad o hacemos una conducción moderada y hay que revisar
anualmente el estado de los mismos. Además, como máximo, cada cuatro meses o
cuando vayamos a realizar un viaje largo en vacaciones es necesario comprobar
la presión de cada uno de ellos. Estos cuidados tan simples y sencillos nos
podrán evitar averías en un futuro y aumentar la seguridad de los pasajeros”,
señala Mariano Asunción, Director Técnico de Grupo Red Europea.
5 recomendaciones para un buen estado de los neumáticos
Los “zapatos” de nuestro coche deben mantenerse siempre
en unas condiciones óptimas y para ello debemos ser cuidadosos en el
mantenimiento y revisarlos de forma habitual, no sólo el estado sino también la
presión. El Grupo Red Europea recomienda cinco puntos básicos que todo
conductor debe revisar en sus neumáticos.
• Verificar la presión de cada uno de los neumáticos
según las especificaciones del fabricante. Una presión inferior hace que el
neumático se desgaste antes reduciendo su vida útil en un 20%, además de
aumentar las probabilidades de sufrir un reventón, mayor consumo de gasolina y
necesitar mayor distancia en una frenada de emergencia ya que se pierde
adherencia. Una sobrepresión conlleva un mayor desgaste de la banda de
rodamiento.
• Revisar el estado del dibujo. Si éste no supera los 1,6
mm. es necesario cambiarlo.
• Comprobar que el neumático no tenga mordidas o
desgarrones que se producen en la cubierta por el roce en los bordillos al
aparcar. En caso de existir algún tipo de daño es necesario sustituir la rueda
por evitar posibles reventones en los trayectos.
• Los neumáticos también caducan y su vida útil termina
al llegar a los 50.000 km. No obstante, si el conductor va a tardar tiempo en
cubrir este kilometraje es conveniente realizar una revisión porque el paso del
tiempo desgasta las gomas endureciéndolas, cuarteándolas y generando por tanto
una menor adherencia al asfalto. Se recomienda cambiar los neumáticos cada 5
años.
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