España no puede ser solamente “un gran taller”, sino que
debe consolidarse como un centro de excelencia que aporte valor tanto por su
capacidad para generar I+D+i como por su productividad en montaje.
. España exporta el 87% de los vehículos que fabrica y el 65% de la producción
de su industria de componentes. Sin embargo, nuestros costes logísticos no son
competitivos y rebajarlos será una de las claves para que sigamos siendo una
potencia a nivel mundial, según el informe Temas candentes de la industria del
automóvil en España, elaborado por PwC.
Un buen ejemplo de esta situación es que, en la
actualidad, solo el 3,6% de los
componentes se transporta por ferrocarril -un medio más barato, más eficiente y
menos contaminante que el trasporte por carretera-, en comparación con el 18%
de la media europea. Mejorar la logística, especialmente lo relativo a los
costes de producción, que ya son iguales o superiores a los laborales, junto
con el impulso de medidas de flexibilidad a corto plazo, para acelerar nuestras
exportaciones a otros mercados, serán dos de los principales retos del sector
en la próxima década.
Potenciar la innovación
se ha convertido en otro de los grandes desafíos para el sector. El
documento reconoce que la industria del automóvil es uno de los pilares de la
innovación en España y aglutina el 12%
de la inversión total en I+D+i. Pero
esta se encuentra muy centrada en el campo del ensamblaje -donde nuestras
fábricas son una referencia-, y en el de los componentes.
La respuesta a los desafíos
El informe estima que en nuestro país el déficit de
infraestructuras supone un coste adicional de transporte para los fabricantes
de entre un 50% y un 70%. Sin embargo, resolver este problema no es solo
cuestión de grandes inversiones económicas. El impulso de la flexibilidad de
terminales ferroviarias; la ampliación
de los horarios de los puertos; el
impulso de las autopistas del mar o la coordinación de los calendarios de
restricción de tráfico de las Comunidades Autónomas son medidas relativamente
sencillas que podrían suponer importantes ahorros para el sector.
En relación con la productividad y los recursos humanos,
el estudio explica que España hace tiempo que dejó de ser un país de bajo coste
y que, en materia laboral, la industria es una de las más avanzadas del mundo,
por lo que se prevé que continúe siendo un lugar atractivo para la
fabricación. Actualmente, el reto para
el sector en materia de recursos humanos y productividad es la flexibilidad a
corto plazo, es decir, en poner en marcha medidas que faciliten la sincronización
de la capacidad y la demanda en el corto plazo como, por ejemplo, las
extensiones o reducciones del turno de trabajo con preavisos reducidos.
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