Las 85 toneladas de
estiércol que a diario se producen en la granja San Ramón de Valencia, lejos de
ser molestos o una carga pesada, son muy apreciadas, pues resultan ser su
suministro energético gracias a su posterior conversión en biogás.
Toda materia orgánica es
potencialmente putrefacta y cuando empieza este proceso, el de la
descomposición, la materia en cuestión emite gases nocivos a la atmósfera, en
especial, metano (60%) y CO2 (30-35%).
Ese gas, originado por
procesos naturales, se puede emplear como fuente de energía, sin olvidar que
durante la transformación se desprende calor "que también se puede aprovechar",
destaca el presidente de la Asociación Española de Biogás (AEBIG), Francisco
Repullo.
Al quemar el metano en un
motor, como combustible o para producir electricidad, desaparece este gas, uno
de los causante del efecto invernadero, con una capacidad 21 veces superior a
la de CO2.
En España hay 16 plantas de
tratamiento de biogás agroalimentario, casi 10 Mw de potencia instalada,
explica el presidente de AEBIG, quien señala que "más o menos equivale a
tres aerogeneradores".
Cualquier residuo orgánico
es válido
No obstante, no es sólo el
sector agroalimentario el que puede desarrollar esta fuente energética, sino
que deviene de todo tipo de basura orgánica, de modo que plantas de
reutilización de residuos sólidos urbanos (RSU) o depuradoras, también aplican
estos tratamientos.
Un ejemplo de esto último es
la estación depuradora de aguas residuales madrileña (EDAR) Sur Oriental,
gestionada por el Canal Isabel II -entidad que se encarga de otras 153
depuradoras- y que cuenta con una instalación de biogás.
Esta planta tiene un
coeficiente de autosuministro que "está fuera de los libros", afirma orgulloso
a EFEverde el jefe del departamento de depuración metropolitana, Eduardo Elio,
quien, por otro lado, prefiere no desvelar datos concretos.
El socio director del Grupo
San Ramón, Miguel Ángel Cerdá, destaca las mejoras en ahorro energético alcanzado
con la construcción y puesta en funcionamiento de la planta de biogás, dado que
los 4 Gwh que produce al año -a base de estiércol y otros residuos
agroalimentarios-, permiten que la granja se autoabastezca. De hecho, sólo usa
una quinta parte de la energía producida por la planta de biogás, mientras que
el resto se vierte a la red eléctrica, informan desde la Granja San Ramón.
Fundamental en países en vía
de desarrollo
El biogás es fuente
energética fundamental en algunos países en desarrollo, gracias a los
biogestores anaerobios familiares una tecnología simple que permite capturarlo
para su uso doméstico.
Sin embargo, en España
resulta muy improbable el empleo de esta tecnología a tan baja escala, explica
la profesora de la Universidad Politécnica de Cataluña, Ivet Ferrer,
"porque disponemos de fácil acceso a la red eléctrica".
Por contra, el Intituto para
la Diversificación y Ahorro Energético (IDAE) establece como objetivo en su
Plan de Energías Renovables 2011-20, la instalación de unas 400 plantas de
tamaño medio (0,5Mw), explica Repullo.
Conseguir este objetivo
"equivaldría a evitar la contaminación que producen 4 millones de
automóviles", destaca el presidente de AEBIG.
La tecnología de estas
plantas es barata y producir biogás es sinónimo de reutilizar de forma
eficiente los residuos, completa el jefe del Departamento de Calidad y Medio
Ambiente de AINIA - centro tecnológico-, Andrés Pascual.
Los desechos de la
putrefacción de residuos aparecen en tres estados: gaseoso, usado como fuente
energética; sólido, que es buen abono inodoro; líquido, agua fertilizante de
uso agrícola.
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