Según la DGT, estos sistemas
tendrían efecto directo en el 57% de los accidentes.
El 31% de los automóviles
vendidos en España en 2017 equipaba sistemas de frenada automática de
emergencia; y el 30%, ayudas al mantenimiento del carril.
La progresiva implantación de
estos sistemas en el parque reducirá el número de víctimas y de heridos; y
también los costes económicos asociados y las reclamaciones a los seguros por
siniestros de automóvil.