La
tendencia es conocida y parece imparable: el coche no está de moda en la mayor
parte del mundo y el futuro se presenta más que incierto para las
automovilísticas que dominan el mercado en la actualidad después de un siglo de
crecimiento sin freno.
Hasta
el punto de que ya hay analistas que se atreven a aventurar una desaceleración
en las ventas a nivel global que culminaría, a mediados de la próxima década,
en un nivel máximo de matriculaciones que sería insuperable. Pero, ¿en qué se
basan estas osadas predicciones?