La
tendencia es conocida y parece imparable: el coche no está de moda en la mayor
parte del mundo y el futuro se presenta más que incierto para las
automovilísticas que dominan el mercado en la actualidad después de un siglo de
crecimiento sin freno.
Hasta
el punto de que ya hay analistas que se atreven a aventurar una desaceleración
en las ventas a nivel global que culminaría, a mediados de la próxima década,
en un nivel máximo de matriculaciones que sería insuperable. Pero, ¿en qué se
basan estas osadas predicciones?
Es
importante contextualizar estos vaticinios: hoy, las grandes ciudades del
primer mundo tienden cada vez más hacia una movilidad sostenible: uso de
transporte público, medios ecológicos, compartición de coches... Por otro lado,
en los países emergentes, las compras de coches siguen creciendo a un buen
ritmo, pero en gigantes como China o India se empieza a advertir una tendencia
a evitar moverse en automóvil como antídoto contra los infinitos atascos y los
altos y nocivos niveles de contaminación ambiental.
Además,
existe entre los jóvenes un creciente rechazo hacia la movilidad individual por
el que los coches han dejado de ser la demanda prioritaria de la generación del
'Baby Boom' hasta ser relevados por las últimas innovaciones en tecnología. Las
nuevas generaciones han asumido la conveniencia de las alternativas al coche
propio especialmente durante esta crisis económica, cuando comprar y mantener
un automóvil se ha convertido, para muchos, en un lujo prohibitivo.
Todo
ello apunta hacia lo que analistas y expertos califican de una nueva era para
la industria del automóvil. Algunas previsiones, como las de la consultora
especializada IHS Automotive, trabajan con que en la próxima década las nuevas
matriculaciones alcanzarán el tope de 100 millones al año, a partir del cual no
podrán volver a crecer, frente al récord actual de 82 millones registrado en
2013. Otras, como las que proyectaba Seat hace un año, aseguran que las
matriculaciones ya han llegado a ese nivel máximo en un mercado tan importante
como el europeo.
¿Son
conscientes las marcas? ¿Se adaptarán a la nueva situación?
Las
marcas, sin embargo, parecen vivir ajenas a este tipo de observaciones y no
haber aprendido nada de la crisis de demanda que las ha azotado, a nivel
general, durante los últimos seis años: según IHS, los planes de la industria
de la automoción prevén producir más de 120 millones de vehículos en 2016, casi
un 50% más que las ventas del año pasado.
Desde
luego no parece que las ventas de automóviles se desplomen tan a corto plazo
que no dé tiempo siquiera al sector de reaccionar. Pero parece evidente que,
más tarde o más temprano, las empresas deberán iniciar un proceso de adaptación
a los nuevos tiempos, con un mundo con menos compra de vehículos y más coches
compartidos que requerirá de una movilidad más innovadora.
"La
pregunta clave es: ¿vendes coches o vendes movilidad"?, se pregunta Tim
Ryan, vicepresidente de mercados y estrategia de la consultora
PricewaterhouseCoopers. "Si no haces caso de las megatendencias, corres el
riesgo de convertirte en insignificante", advierte de forma velada a las
automovilísticas.
De
hecho, aunque a priori pudiera parecer lo contrario, ya hay signos de que
algunas compañías han empezado ese proceso de adaptación. El primero de ellos
es la tendencia del mercado global hacia el downsizing, con coches cada vez más
pequeños y menos contaminantes que atienden demandas más utilitarias que
pasionales. Pero también otras innovaciones en su negocio, como la de los
coches inteligentes, la implementación de sus propios servicios de carsharing o
la persuasión a su público más joven a través de la tecnología caminan en ese
sentido hacia otro tipo de movilidad.ón profesional", añadió.
Fuente; Ecomotor.es / Bloomberg
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