Las glorietas, llamadas comúnmente rotondas, son un tipo
de intersección diseñadas para facilitar la regulación del tráfico y reducir el
número de colisiones entre vehículos. Por lo menos, esa fue la idea del
ingeniero británico, Frank Blackmore, allá por los años 60, tras demostrar en
el Transport Research Laboratory que la implantación de la mini-roundabout
(actuales rotondas) para el paso de vehículos resulta ser más segura y rentable
que los cruces regulados mediante semáforos.