Junta de la culata
La junta de culata es un elemento esencial en un
motor de combustión. Se trata de una pieza que une, de la forma más perfecta
posible, la culata (que es la pieza de hierro o aluminio que sella a parte
superior de los cilindros para evitar la pérdida de compresión), con el bloque
motor. La junta de la culata está fabricada por materiales flexibles capaces de
soportar las grandes temperaturas que genera el motor, así como el paso de
aceite y agua a través de sus orificios.
Como puedes ver, cumple una función clave y está ubicada
en un lugar estratégico, donde sufre mucho. Cuando un motor se queda sin
refrigerante y sigue en funcionamiento puede sobrecalentarse y llegar a
deformarse. La junta deja de ser hermética y no cumple su función. Uno de los
síntomas mostrados por una avería en la culata es el humo blanco en el escape
de forma continuada. El humo blanco aparece a causa de la entrada de agua
durante la combustión, debido a una rotura en la junta o una rotura en la
culata permitiendo esta filtración.
Si hay que cambiar la junta de la culata, rompe la hucha
de los ahorros. Porque no se trata solamente de sustituir la pieza, que oscila
mucho en función de la marca o modelo de coche, pero que puede estar de media
en 600 euros. Además habrá que cambiar los tornillos de la culata, hacer un
rectificado del motor (meter en un torno los cilindros para dejarlo de nuevo
totalmente circular), si es posible y cambiar retenes de aceite y otras juntas.
Y eso si no es necesario cambiar alguna que otra pieza más… Lo que suponen unas
20-30 horas de mano de obra. Es algo que debe realizar un profesional, ya que,
si cuando se monta no queda perfectamente hermético, volverá a dar problemas.
¿Es fácil de evitar? Sí, prestando atención a los
testigos del coche y evitando que se sobrecaliente.