Junta de la culata
La junta de culata es un elemento esencial en un
motor de combustión. Se trata de una pieza que une, de la forma más perfecta
posible, la culata (que es la pieza de hierro o aluminio que sella a parte
superior de los cilindros para evitar la pérdida de compresión), con el bloque
motor. La junta de la culata está fabricada por materiales flexibles capaces de
soportar las grandes temperaturas que genera el motor, así como el paso de
aceite y agua a través de sus orificios.
Como puedes ver, cumple una función clave y está ubicada
en un lugar estratégico, donde sufre mucho. Cuando un motor se queda sin
refrigerante y sigue en funcionamiento puede sobrecalentarse y llegar a
deformarse. La junta deja de ser hermética y no cumple su función. Uno de los
síntomas mostrados por una avería en la culata es el humo blanco en el escape
de forma continuada. El humo blanco aparece a causa de la entrada de agua
durante la combustión, debido a una rotura en la junta o una rotura en la
culata permitiendo esta filtración.
Si hay que cambiar la junta de la culata, rompe la hucha
de los ahorros. Porque no se trata solamente de sustituir la pieza, que oscila
mucho en función de la marca o modelo de coche, pero que puede estar de media
en 600 euros. Además habrá que cambiar los tornillos de la culata, hacer un
rectificado del motor (meter en un torno los cilindros para dejarlo de nuevo
totalmente circular), si es posible y cambiar retenes de aceite y otras juntas.
Y eso si no es necesario cambiar alguna que otra pieza más… Lo que suponen unas
20-30 horas de mano de obra. Es algo que debe realizar un profesional, ya que,
si cuando se monta no queda perfectamente hermético, volverá a dar problemas.
¿Es fácil de evitar? Sí, prestando atención a los
testigos del coche y evitando que se sobrecaliente.
Rotura de la correa de distribución
La correa de distribución es un ejemplo de lo “básico”
que es el funcionamiento de un coche. Como en una bicicleta, transmite la
energía entre un piñónde arrastre y otro arrastrado. En el caso de un motor de
combustión, se encarga de sincronizar el giro de la polea del cigüeñal con el
piñón del árbol de levas para que las válvulas abran y cierren en su punto
exacto.
¿Qué ocurre si se rompe? Que el motor pierde su
sincronización y puede provocar daños graves en la culata, especialmente las
válvulas, ya que los pistones chocan con ellas y se doblan. Si esto llega a
ocurrir, lo más habitual es que no compense arreglar el coche.
¿Es fácil de evitar? Sí. La mayoría de ocasiones se rompe
por desgaste, así que lo más conveniente es cambiarla antes de que se puedan
crearse problemas. Hay alguno tipos de
correas que aguantan más que otras. En algunos vehículos se utiliza una cadena de
metal reforzado en lugar de la habitual dentada de caucho. Estas cadenas de
distribución pueden durar toda la vida útil del motor, pero suelen complicar el
diseño del motor, encareciendo la producción y a veces necesitan más espacio.
El sistema de correa es más sencillo y compacto, permitiendo ahorrar costes y
espacio. Las cadenas se suelen usar más en motores grandes, aunque hay motores
relativamente pequeños que las usan, y las correas se suelen usar en todo tipo
de motores de tamaño pequeño y medio..
Suele recomendarse la sustitución cada 80.000 km
aproximadamente, si bien el manual de tu coche te indicará cuándo realizar el
cambio. Hay también quien aconseja cambiarla cada cinco años, ya que se cuartea
y puede romperse. Lo mejor es realizar un correcto mantenimiento del coche y
que tu mecánico de confianza la revise.
Reemplazarla es en ocasiones difícil y costoso debido a
su localización dentro del motor, pero cambiar la correa de distribución es
mucho menos caro que reparar el daño causado por una correa en mal estado. Su
precio depende del tipo de motor y del coche, oscila entre los 250 euros y los
4.000 euros. Conviene que lo realicen profesionales, ya que si se monta mal,
puede causar los mismos problemas que su rotura. En ocasiones conviene cambiar
la guía y el tensor (elementos de desgaste) y, si la correa también mueve la
bomba de agua, puede que te indiquen que la cambies, pues probablemente no dure
tamnto como la correa nueva… y así te evitas colver otra vez al taller.
Bomba del combustible
La bomba de combustible es un dispositivo que le entrega
al fluido de trabajo o combustible la energía necesaria para desplazarse,
enviando la presión correcta a los inyectores en el momento exacto. Las
presiones con las que trabaja la bomba dependen en gran medida del tipo de
motor, desde 100 bar hasta 2.050 bar. Cuanta más potencia necesite un motor,
mayor caudal de combustible hará falta, por lo que se necesitará una bomba de
mayor potencia.
Cuando una o ambas bombas de combustible (en el caso de
los vehículos que tienen dos) dejan de funcionar, el combustible no alcanza los
inyectores y el automóvil se para, como si te quedaras sin gasolina. Las bombas
de combustible eléctricas utilizan un relé y un fusible. Si cualquiera de ambos
se funde, el automóvil se parará como si no tuvieras más gasolina.
Una bomba de combustible te advertirá que necesitas
reemplazarla. Si te resulta difícil encender el coche, falta potencia para
adelantar o se apaga con frecuencia, es posible que deba revisar la bomba de
combustible. Se sobrecalienta y deja de funcionar unos 20 minutos minutos. Si
dejas que el automóvil se asiente durante media hora (más o menos), arrancará
de nuevo, ya que la bomba se enfría y vuelve a funcionar otra vez. Si
encuentras este síntoma, haz que diagnostiquen el sistema de combustible para
asegurarte de que es la bomba (y no el relé o el cableado) lo que causa el
problema, y poder reemplazar la pieza problemática.
El coste de la reparación depende mucho de la marca y del
modelo del coche, al igual que del motor, pero ronda entre los 500 y los 2.000
euros. El tiempo de montaje es también bastante elevado.
¿Es fácil de evitar? Este elemento se encuentra
instalado, por lo general, dentro del tanque de combustible (para que le
proporcione refigeración). Circular habitualmente con el depósito de
combustible en reserva afectará progresivamente a la capacidad de
refirgeracion, por lo que podría llegar a averiarse.
Turbo
Ya te explicamos hace un tiempo qué es el turbo y los
diferentes tipos que hay, ya que se trata de un sistema cada vez más popular
debido a las presiones de las leyes anticontaminación. Esta turbina, accionada
por los gases de escape del motor, cuenta con un compresor que toma aire y, una
vez que lo pasa por el filtro, se comprime para introducirlo dentro del motor a
mayor presión.
Este avería se puede producir por defecto de fabricación,
por circular con el motor muy revolucionado, exceso de temperatura, falta de
engrase, impurezas en el aceite, polvo, arena… Su sustitución oscila entre los
1.000 y los 5.000 euros, dependiendo de la marca y modelo del vehículo, más
unas ocho horas de mano de obra.
¿Puede evitarse? Sí, teniendo cuidado en la conducción y
dejando reposar el turbo después de forzar al motor. Aquí te explicamos cómo
cuidar un motor con turbo.
Inyectores diésel o gasolina
La inyección de combustible puede ser de diversos tipos,
pero la función de los inyectores es siempre similar: suministrar el
combustible correcto en cada momento, según el régimen y carga del motor. No
importa que se trate de un motor diésle o gasolina… salvo que los inyectores
diésel son muchos más caros que los de un motor gasolina.
Cuando los inyectores del coche fallan podemos notar que
el motor pierde potencia, o que el coche da tirones en marcha, o que sale humo
negro del tubo de escape… Los síntomas tendrán mucho que ver con la causa del
problema.
Las averías, normalmente, son provocadas por su uso y en
ocasiones por la mala calidad del combustible (suciedad o virutas metálicas en
el circuito), lo que provoca que se obstruyan y es raro que puedan limpiarse,
aunque es posible en algunos casos. Lo normal es que se averíen individualmente
aunque en ocasiones y dependiendo del motivo del mal funcionamiento, pueden
haber caído varios casi al mismo tiempo lo que indica que algo en el circuito
está ocasionando el fallo progresivo de los mismos.
Si es por desgaste, lógicamente, habría que sustituir
todos a la vez, pero es aconsejable siempre y cuando hayan caído más de uno,
que la sustitución se haga a la totalidad de los mismos para que esté
equilibrado y en buenas condiciones para el motor. El coste de la reparación
depende del tipo de motor y de la mano de obra, pero rondan los 2.000 euros.
¿Puede evitarse? No siempre, pero puedes seguir unas
pautas para tratar de evitar problemas:
No repostes si el camión cisterna está llenando los
depósitos de la gasolinera. Las impurezas del fondo del tranque se removerán y
acabarán en tu coche.
No circules en reserva. En el depósito del combustible de
tu coche ocurre algo parecido, se acumulan impurezas que se removerán al echar
combustible cuando dejas que el depósito baje por debajo de un cuarto de su
capacidad.
Sigue a rajatabla las indicaciones de tu taller o del
fabricante en cuanto a los cambios del filtro de combustible. Te ahorrarás
muchos problemas.
Fuente: noticiascoches.com
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