domingo, 13 de febrero de 2022

CEDA EL PASO

 

SABELOTODO

 



En el artículo anterior, cuando salíamos de Ámsterdam, en el trascurso de un circuito por el Benelux, Francia y Alemania, tuvimos la oportunidad de comprobar como un “sabelotodo” ―Persona que presume de sabia sin serlo, según la RAE― ponía en duda la capitalidad oficial de los Países Bajos. Nada excepcional, pues todos los días podemos encontrarnos con ese tipo de individuo en cualquier lugar, y yo me atrevería a afirmar que las personas que creen saberlo todo tienen alguna perturbación que les distorsiona la perspectiva de la realidad.

Pero vamos a continuar con el viaje. “Desde Ámsterdam, nos dirigimos a La Haya, ciudad del oeste de los Países Bajos que se encuentra en la costa del mar del Norte. El complejo de edificios Binnenhof es la sede del parlamento holandés, mientras que el Palacio Noordeinde, que data del siglo XVI, es el lugar de trabajo del rey. La ciudad también alberga la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas, con sede en el Palacio de la Paz, y la Corte Penal Internacional”, eran las palabras de Carlos, el guía.

―Lo que yo decía La Haya es la capital de Holanda ―dijo el del chaquetón azul ante la indiferencia del guía y de los viajeros.

Y es que el “sabelotodo” opina y sabe de todo en cualquier ocasión. No hace falta ni que le pregunten, porque él lo sabe y ya está. Detrás de este comportamiento, se esconde un afán por ser el protagonista del momento acompañado de un ego desmesurado, bien por sí mismo o bien por tratar de ridiculizar a alguien… En este caso, al guía.

De La Haya nos trasladamos a la ciudad portuaria de Amberes en el río Escalda, ya en Bélgica. Un relajado paseo nos permite contemplar la Plaza Mayor con sus edificios renacentistas. En ella se encuentra el Ayuntamiento y la fuente de Brabo, que adorna los inicios de la ciudad. A continuación, visitamos la Casa Museo de Rubens que data del siglo XVII y que sirvió de estudio al pintor barroco; la Catedral, construida entre los siglos XIV y XVI,  que es el mayor templo religioso de Bélgica; el Museo de los Diamantes…

Continuamos el viaje hasta Bruselas, la capital de Bélgica, llamada el corazón de Europa por albergar la sede de la Unión Europea y la OTAN y porque, además, es un mosaico de lenguas y culturas. Nos acercamos a la Plaza Mayor (Grand Place), construida en el siglo XIII como un mercado para comerciantes y que acoge festivales y conciertos todo el año; cerca de allí está el pequeño Manneken Pis, símbolo un tanto peculiar de la ciudad; paseamos por el Sablón para probar su exquisito chocolate; subimos al mirador del Palacio de Justicia y nos recreamos en la contemplación de una de las mejores vistas de la capital belga...

¿Y el sabelotodo? Pues resulta que, aunque hizo algún que otro comentario, y ese tipo de persona cuando habla usa tanta convicción en lo que dice que hace creer que domina temas de los que no tiene ni idea, de hecho, evidencia que, la mayoría de las veces, no la tiene; en esta ocasión, acabó convirtiéndose en el hazmerreír del viaje… Los viajeros nos entregamos de lleno a contemplar la belleza que nos rodeaba, a degustar chocolate y a escuchar al guía que era un hombre culto que sabía de lo que hablaba.

Con mis mejores deseos, saludos cordiales.



Fernando Monge

13/febrero/2022

fmongef@gmail.com

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