En los últimos cinco años, el blanco ha caído del 29% al 25%, mientras que el gris le empata ya al crecer 9 p.p., según Unoauto
Ni blanco ni negro. Leyenda
urbana o no, los españoles, cuando quieren comprar un coche, optan cada vez
menos por estos dos colores tan asociados al taxi y a los VTC respectivamente;
y, en cambio, se están pasando al intermedio, el gris, que acapara ya una de
cada cuatro búsquedas, según Unoauto, el portal de automoción de vehículo nuevo
de Sumauto.
En concreto, el gris ha
crecido en el último lustro casi diez puntos de cuota, pasando del 16% al
actual 25%, haciéndose fuerte sobre todo en coches familiares y monovolúmenes,
así como en los SUV y en las berlinas, aunque en menor medida. Y es que, a
veces, optar por lo gris no es tan descafeinado y supone una elección más
equilibrada, apostando por dar un toque de color, pero sin estridencias.
Por su parte, el blanco, si
bien empata con el gris con otro 25%, lo cierto es que hace cinco años era la
opción marcada en el 29% de las búsquedas de coche. De hecho, ha sido durante
muchos años el color más escogido: sufrido, neutro y sin riesgo de que el
conductor se canse de él, además de reflejar mejor la luz solar y, por tanto,
calentarse menos, que es un habitual argumento a la hora de defender su
elección.
En cuanto al negro, ha pasado
del 14 al 12% y concentra más demanda en segmentos tan particulares y menos frecuentes
como los cabrio o los deportivos. Es más, es una alternativa menos escogida
incluso que las tonalidades rojas y azules en los coches pequeños.
Precisamente, el azul es otro
color que empieza a repuntar y llega al 12%, tanto como el negro, aunque,
cuando hablamos de azul, en realidad hay que hacerlo de tonalidades: oscuro si
se trata de una berlina o un familiar, o, en cambio, claro, más fresco y
“eléctrico” para los SUV.
Por el contrario, plata y rojo
son, de la paleta de colores habitual, los menos escogidos, con un 9% y un 5%,
respectivamente. El plata, en realidad, tiende a confundirse con el gris, pero
es una tonalidad a mitad de camino entre este color y el blanco y, si bien
estuvo de moda allá por los 90, ha perdido predicamento entre los conductores.
En el caso del rojo, el
mensaje es claro: por muy amplia que sea la oferta cromática, cuanto más
neutro, más aceptación; de ahí que tenga, al menos de momento, pocos visos de
convertirse en el próximo “gris”.
Según el portavoz de Unoauto,
Ignacio García Rojí, “si bien los colores llamativos son, a la hora de la
verdad, en la compra, bastante residuales, no es extraño ver en los
lanzamientos de modelos algunos realmente fuera de lo común, incluso bicolores,
que son la pesadilla de las aseguradoras. En realidad, hay mucho marketing y
psicología detrás, y es que un color resultón o chillón visto en la calle es
una gran publicidad para el modelo, aunque luego en el concesionario nos
tornemos más conservadores y haya tonalidades que no queramos ver ni en pintura”.
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