El reto vital plantado por María Salvo en homenaje a su hermana, Laura Salvo, se cumplió con éxito absoluto, tal y como había sido diseñado.
Si en la jornada inicial el apoyo sobre la bicicleta de una leyenda del ciclismo como Alberto Contador les llevó adelante a un ritmo sensacional, la segunda y tercera jornada fueron realmente duras. La propia María se resintió del esfuerzo inicial, sencillamente porque Contador impuso un ritmo un poco más alto de los que estaba previsto y nadie quiso perder la rueda del gran campeón español. El sábado, con algo más de 230 km de recorrido, con mucho calor y termómetros que en ocasiones marcaron los 38 grados en algún momento se llegó a presagiar lo peor. Hubo algún golpe de calor, se tuvieron que realizar más paradas para reponer líquido y hubo un gran sufrimiento sobre la bicicleta en algunos momentos. Pero el ambiente de amistad, la ayuda de todos los componentes del equipo y la misma Laura empujando desde allá arriba hizo que nadie se quedara atrás y todos llegaron a la meta con un gran esfuerzo y un ambiente sensacional. “Ha habido momento muy duros” confesaba entre lágrimas María, “el calor ha sido muy fuerte y los puertos de montaña han sido momentos terribles. Pero lo hemos conseguido. El equipo planificó una estrategia perfecta pedaleando en formación por parejas y cada diez minutos la pareja que iba delante pasaba a la parte de atrás y haciendo relevos hemos ido más cómodos ”.El reto está cumplido en recuerdo de Laura y María, convertida ahora en triatleta, seguirá pedaleando.
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