El paro juvenil, que creció casi diez puntos en 2020 y motivó ayer mismo el anuncio de un plan de choque por parte del Gobierno, también tiene su impacto en el sector del automóvil y más concretamente en el mercado de ocasión donde cada vez más jóvenes acceden a su primera motorización. La prueba está en que muchos que tenían pensado comprar un VO hace un año no han tenido más remedio que posponerla, un 33% en concreto, según AutoScout24, el portal especialista de usados de Sumauto, a partir del análisis de datos de Cetelem.
Así, si en abril de 2020 el
54% de los jóvenes de entre 18 y 24 años planeaba comprarse un coche usado en
el plazo de un año, la realidad es que, pasado ese periodo de tiempo, esa
intención ha quedado en nada, pues solo un 21% reconoce haber materializado la
compra. Mientras, por el camino se perdieron el 6% de los potenciales
compradores, pasando del mencionado 54% al actual 48%.
Y, entre los que sí han
comprado, la tendencia es la de optar por alternativas muy económicas. Así,
durante el confinamiento, el precio que pagaba un conductor joven por un VO se
movía en los 4.400 euros, la mitad del importe medio gastado en VO por
compradores de todas las edades, si bien en el conjunto de los últimos doce
meses el desembolso fue incluso menor, de 3.030 euros, un 31% menos.
Esto es debido a que los
jóvenes compradores se están inclinando aún más por usados viejos, en línea con
la tendencia del mercado. De hecho, actualmente se venden más coches de 10 años
que nuevos, de modo que para 2021 está previsto que los primeros superen los
1,1 millones de unidades, registrando un 9,3% más de ventas que los segundos,
según datos de MSI.
Menos vocación de compra
En paralelo, otro de los
factores que impactaron en la caída de las ventas de VO entre los jóvenes es la
tendencia imparable hacia la movilidad por uso. Cuatro de cada cinco millenials
la prefieren ya frente a la compra, según ANFAC, máxime cuando los españoles, a
raíz de la pandemia, han acelerado ciertos cambios de hábitos como el
teletrabajo, el ecommerce o la vida doméstica, que afectan de lleno a los
desplazamientos y, por tanto, a la movilidad en propiedad.
Así, un reciente informe de
movilidad de EY aseguraba que casi 7 de cada 10 españoles creen o están seguros
de que su nivel de teletrabajo aumentará. Además, se han multiplicado las
opciones de ocio en casa, de modo que uno de cada cuatro se han suscrito a
alguna plataforma digital, de los que 8 de cada 10 mantendrán su suscripción.
Todo ello revierte en una pérdida de interés por motorizarse.
Según Isabel Gª Casado,
portavoz de AutoScout24, “la alta tasa de paro juvenil lleva irremediablemente
a los jóvenes a comprar coches más baratos y más viejos y, paradójicamente,
diésel, a pesar de ser una generación tan concienciada con el medio ambiente.
Sería fundamental articular en los planes de ayudas incentivos al VO para
conseguir desplazar su interés hacia usados kilómetro cero y seminuevos más
lozanos, más verdes y más seguros. Actualmente estos representan el 8% de la
oferta de VO de los profesionales”.
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