Poner cartones en las lunas
ayudará a que no se congelen mientras esté estacionado, lo mismo que levantar
los parabrisas para que no se peguen al cristal
Tras decir adiós a Filomena,
una España sembrada de nieve dará paso a otra helada. Y todo ello en un momento
en el que los conductores irán recuperando paulatinamente la movilidad.
Euromaster, especialista en el cuidado y mantenimiento integral del vehículo,
ya sitúa el primer problema nada más acceder al coche: en ocasiones el mando no
funciona y hay que abrir de manera convencional, pero la cerradura está
congelada, por lo que habrá que echar un poco de alcohol para descongelar.
Una vez en el habitáculo, al
que el conductor habrá accedido no sin antes tirar de la puerta con más fuerza
para abrirla al estar “pegada”, es fundamental tener el coche arrancado unos
minutos y colocar la calefacción al máximo con el efecto antivaho para que
incida el aire caliente en el cristal.
Otro paso imprescindible es
echar un poco de alcohol a la luna, pues su efecto anticongelante ayudará a
limpiarla y a quitar el hielo. Y, finalmente, como mecánica habitual, mientras
los termómetros estén bajo cero, es recomendable dejar los limpiaparabrisas
levantados una vez que aparquemos y no se vuelva a circular. También es
aconsejable dejar un cartón en las lunas durante la noche, pues evitará que se
genere hielo en ellas.
Pocos han sido los conductores
que durante la nevada dejaron levantados los limpiaparabrisas, por lo que es
probable que estén pegados al cristal. Un chorro del alcohol ayudara a
despegarlos sin romperlos. Es imprescindible, asimismo, no activar los
limpiaparabrisas sin antes retirar toda la nieve de la luna, teniendo mucho
cuidado con la que pueda quedar entre el cristal y el capó, pues si no se quita
bien se puede romper el motor de los “limpias”.
Y problema asociado a los
“limpias” es tener la fatal idea de dar agua para limpiar el cristal, lo que
hará que ésta se congele automáticamente, dificultando la visibilidad y
logrando justo el efecto contrario al deseado. Es muy importante utilizar los
líquidos adecuados como limpiacristales, y nunca agua.
“Desatascar” el coche de la
nieve
Emprender la marcha con el
coche “atascado” en la nieve no es tarea fácil. El primer paso es obvio,
limpiar bien la zona de las ruedas, pero no es suficiente. Por un lado, es
conveniente quitar el control de tracción para tratar de salir y ya posteriormente
en circulación volver a conectarlo.
También ayuda colocar cartones
delante de las ruedas para que el vehículo pueda traccionar. Y si se da un
empujón, nunca las personas deben situarse cerca de las ruedas ni en la
dirección en la que el vehículo esté traccionando.
En ningún caso, si el coche
patina hay que acelerar más, pues el efecto logrado será el contrario y se
hundirá más, haciendo más complicada la salida. Eso sí, una ayuda puede ser
girar la dirección de un lado a otro.
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