miércoles, 13 de enero de 2021

LA AUTOMOCIÓN VE PELIGRAR LA RECUPERACIÓN DEL SECTOR HASTA 2022

 La reducción de emisiones, las alzas fiscales y la falta de incentivos complican el escenario de mejora


El sector de la automoción prepara un nuevo ejercicio con múltiples obstáculos a superar, tanto en el ámbito internacional como en el nacional. Y es que 2020 fue un ejercicio negro para la industria del automóvil como consecuencia de la paralización de la actividad industrial y comercial durante más de dos meses por la pandemia.

 

Los mercados más importantes de la Unión Europea, formado por Alemania, Francia, Italia y España, han cerrado con caídas a doble dígito, siendo España uno de los que acumularon un descenso más acusado (32,3% menos). Alemania redujo el pasado ejercicio sus ventas un 19,1% en tasa interanual, hasta totalizar 2,91 millones de unidades, según datos de la Autoridad Federal del Transporte Motorizado de Alemania (KBA, por sus siglas en alemán). En el caso de Francia, las matriculaciones de vehículos nuevos en 2020 cayeron un 25,5% en tasa interanual, hasta las 1.650.082 unidades, según la patronal gala CCFA. Italia, por su parte, registró un descenso del 27,7%, hasta los 1.393.556 vehículos, según datos de Unrae.

 

Ámbito internacional

Mayor apuesta por el eléctrico

 

En el ámbito internacional, el presente ejercicio se plantea mucho más complicado para las automovilísticas que el pasado 2020. ¿El motivo? La reducción de emisiones. Y es que las distintas compañías seguirán teniendo muy presente la venta de modelos eléctricos en detrimento de los de combustión interna, con el objetivo de evitar multas multimillonarias por parte de la Unión Europea.

 

Si el año pasado esta situación se complicó por la paralización industrial y comercial durante más de dos meses, este ejercicio será mucho más difícil. Y es que la Comisión Europea estableció una serie de cómputos para ayudar a las automovilísticas a lograr estos objetivos de reducción de emisiones. El objetivo sigue siendo el mismo: tener flotas con unas emisiones por debajo de los 95 gramos por kilómetro de CO2. En 2020, cada modelo eléctrico matriculado equivalía a dos ventas. Este año el coeficiente multiplicador se endurece y baja hasta 1,67 vehículos matriculados por cada eléctrico registrado.

 

¿Provocará esta situación una reducción de los modelos eléctricos? Es complicado, ya que no se prevé una reducción severa. Lo que no se puede descartar es que el precio de los modelos de combustión interna siga al alza, con el objetivo de desincentivar su compra.

 

Ámbito nacional

Alza impositiva

 

A los objetivos de reducción de emisiones fijados por la Comisión Europea hay que sumarle las complicaciones que entraña el mercado patrio. El año ha comenzado con un alza impositiva media del 5% para los vehículos nuevos, consecuencia de la entrada en vigor del protocolo de medición de emisiones WLTP. 

 

Las patronales del sector, formadas por fabricantes de vehículos (Anfac), industria auxiliar (Sernauto), concesionarios (Faconauto) y distribuidores (Ganvam), alertaron al Ejecutivo a mediados de diciembre de lo complicado de la recuperación para este año. El Gobierno rechazó ampliar los tramos de este tributo, tal y como han hecho países como Francia, Portugal o Italia. De hecho, el sector prevé que para el presente ejercicio se pierdan 110.000 matriculaciones por el incremento de este tributo.

 

Como contrapartida a esta alza impositiva, la industria del automóvil esperaba que se prorrogase el Plan Renove para 2021. Unas esperanzas que tampoco se han visto cumplidas ya que las ayudas de este plan de incentivos vencieron el 31 de diciembre. Una situación poco comprensible, ya que de los 250 millones de euros con los que contaba este plan, tan solo se han utilizado 50 millones, el 20%.

 

 

Lo cierto es que el Ejecutivo de Pedro Sánchez se comprometió en el Plan de impulso a la cadena de valor del sector de la automoción, presentado en junio, a llevar a cabo una reforma integral de la fiscalidad de vehículos para el periodo 2021-2024. De hecho, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, confirmó en una entrevista a Europa Press que "estudiará medidas para paliar el impacto" del WLTP. La titular de la cartera de Hacienda recalcó que "tendremos que tomar decisiones en breve también escuchando todos los comentarios, pero no podemos ponernos la venda en los ojos sobre la realidad. Tenemos que cumplir una directiva y aquellos vehículos que más contaminan tienen que contribuir en mayor medida que los que usan energías más limpias".

 

De otra parte, el presidente de la patronal de los concesionarios (Faconauto), Gerardo Pérez, alertó de que "ya no es posible garantizar el empleo en las redes de distribución por la debilidad del mercado", al tiempo que estimó que se podrían perder "hasta 18.000 puestos de trabajo" por el alza del impuesto de matriculación.

 

Por si fuera poco, este año también hay un incremento en el Impuesto de las Primas de Seguro, que supondrá un aumento de unos 7 euros más en el seguro del coche, según la plataforma Acierto.com.

 

Sin planes de incentivos

 

Ante esta situación, el sector encara el presente ejercicio como un año de transición lleno de múltiples obstáculos que superar. Los planes de incentivos que recogió el Gobierno en el plan de impulso no han sido de gran utilidad. El Renove, por ejemplo, dotado con 250 millones de euros, no ha logrado incentivar las compras de vehículos en 2020, ya que solo se ha movilizado el 20% del total, es decir, 50 millones de euros.

 

No es de extrañar la escasa penetración que ha tenido este plan de incentivos. En primer lugar, porque las cuantías para la renovación del coche eran nimias, 400 euros por la compra de un vehículo de combustión. Además, el Renove obligaba al achatarramiento de modelos de más de diez años. El mercado ha preferido vender estos coches en el mercado de ocasión en vez de acogerse al Renove. Esto ha provocado un incremento en la edad del parque automovilístico, al tiempo que ha provocado más emisiones de CO2.  Por lo pronto, el Ejecutivo no ha renovado la vigencia de estos fondos, por lo que la recuperación se prevé más complicada. 

 

En el caso del Moves, el sector ya ha propuesto un nuevo plan de incentivos que esté dotado con 450 millones de euros. De ellos, 250 tendrían que destinarse a la compra de vehículos eléctricos y los 200 millones restantes a infraestructuras. Lo preocupante es que comunidades como Extremadura y Murcia todavía no han publicado las bases para acogerse a estas ayudas del Plan Moves II.

 

Los usados, una alternativa

 

Además, tal y como sucedió en 2020, no se descarta que los vehículos usados sigan siendo una alternativa para aquellos que quieran cambiar de vehículo. Dado el incremento impositivo a los modelos nuevos y el miedo al transporte público, los modelos de segunda mano cayeron menos que los de nueva matriculación. Esta situación conlleva un doble riesgo; primero, un incremento en las emisiones y; segundo, un parque más envejecido y menos seguro.

 

En el pasado ejercicio, las operaciones con vehículos de segunda mano cayeron un 12,8%, hasta las 1.963.053 unidades, lo que supuso que por cada coche nuevo se comercializaron 2,3 usados, según datos de la patronal de la distribución (Ganvam). Los que menor caída registraron fueron los de más de 15 años que, con el 34,3% de las ventas, cerraron el año con un descenso de apenas el 4,4%, al alzarse como la solución de movilidad por excelencia ante el miedo al contagio en el transporte público. Le siguieron los vehículos de entre uno y tres años, que acabaron el ejercicio con un descenso del 5,6%, mientras que los modelos de entre cinco y ocho años cayeron un 7,6%.

 

Menor capacidad industrial

 

A finales de año, Nissan abandonará las tres factorías que tiene en Barcelona (Zona Franca, Montcada i Rexac y Sant Andreu de la Barca), lo que restará capacidad productiva al que hasta ahora es el segundo productor europeo y el octavo mundial. Pese a que la mesa de reindustrialización, formada por el Gobierno, la Generalitat de Cataluña, empresa y sindicatos, evalúa distintas opciones para las plantas catalanas, hasta la fecha no hay nada seguro.

 

En caso de no encontrarse una alternativa para estas plantas, la competitividad de la industria española quedaría muy mermada de cara a 2022. Esta situación puede provocar que la actividad industrial en España crezca menos de lo esperado, tal y como sucedió en diciembre, según el índice PMI.

 

Subida de los combustibles

 

Por si la situación fuese poco preocupante, la Comisión Europea prepara para el primer semestre del año una reforma fiscal en materia energética cuyo principal objetivo es alinear los objetivos climáticos con las medidas impositivas.

 

Con la propuesta de creación de un fondo que lanzó el Gobierno español, el precio de los carburantes se encarecería del orden de 5 a 7 céntimos por litro. Esta media se suma a las adoptadas ya por países como Alemania, donde se ha implementado una reforma fiscal en el mismo sentido. De esta manera, los combustibles fósiles contribuirán a financiar las energías renovables, reduciendo así la tasa que por ellas pagan los consumidores de electricidad en sus facturas y rebajando los costes de las tarifas de electricidad.

 

Desconcierto ante el 'Brexit'

 

Tras el acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y el Reino Unido el pasado 24 de diciembre, se han salvado las relaciones comerciales entre la isla y el Viejo Continente. Lo que no parece tan claro es saber cómo afectará la salida del Reino Unido del mercado único. A falta de conocer el acuerdo alcanzado entre las dos partes, lo que parece seguro es que se incrementará la vigilancia en aduanas, lo que podría retrasar la cadena de producción. Esta situación podría provocar paros en las distintas factorías españolas, ya que la automoción trabaja just in time, es decir, sin aprovisionamiento. De hecho, Reino Unido es el tercer destino más importante para la exportación de vehículos producidos en España, con un valor de 2.442 millones de euros entre enero y septiembre y suponen el 11,3% del total. Del lado contrario, las importaciones desde Reino Unido suponen el 5,7% del total y tienen un valor de 553 millones de euros hasta septiembre de 2020.

 

Ayudas europeas

 

Lo que sí es seguro es la movilización de 10.000 millones de euros de los fondos europeos para la industria del automóvil hasta 2023, el 14% del total del presupuesto. El reparto se dividirá en un plan de choque de movilidad sostenible, segura y conectada en entornos urbanos y metropolitanos, que contará con 6.000 millones de euros, la movilización de otros 1.500 millones en la Hoja de Ruta del Hidrógeno, y una línea de apoyo a proyectos estratégicos para la transición industrial, dotada con más de 1.200 millones.

 

A la espera de conocer el plan del Grupo Renault

El próximo 14 de enero, el Grupo Renault presentará su plan estratégico en el que se prevén un mínimo de 14.600 despidos en todo el mundo. La pandemia causó un gran impacto en las cuentas del consorcio galo, que se vio obligado a pedir al Estado francés, propietario del 15% del capital, 5.000 millones de euros.

 

Francia concedió a Renault este crédito avalado para facilitar la liquidez de la compañía tras el parón por la pandemia de coronavirus. Entre las características de este crédito estaba la utilización de sus fondos en una o en más ocasiones antes del 31 de diciembre de 2020. El conglomerado galo pretende ahorrar 2.150 millones de euros hasta 2022, al tiempo que revisará su capacidad mundial de producción de forma que en 2024 se sitúe en los 3,3 millones de unidades, una reducción del 17,5% en comparación con los datos de 2019.

 

Si en un principio España parecía salvarse de los recortes, ahora no se llega a descartar. Los sindicatos han pospuesto las negociaciones del convenio colectivo con la empresa a la espera de que esta asigne más modelos a las factorías españolas, ubicadas en Palencia, Valladolid y Sevilla. Por lo pronto, Renault ha suprimido desde enero medio turno de trabajo en la planta de Palencia, que ha afectado a 300 empleados eventuales y fijos, por la caída de la demanda de los modelos Kadjar y Mégane. Además, a principios de febrero se suprimirá un turno de trabajo en Valladolid, lo que supone una pérdida de 141 puestos de trabajo. Habrá que esperar a conocer el detalle de los planes que Luca de Meo prepara para España.

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